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Sánchez se arriesga a que la OTAN le tumbe la mitad de su plan de rearme al ser préstamos

Fuentes militares subrayan que el paquete de 10.471 millones es «pura trampa» al incluirse partidas ya aprobadas

Sánchez se arriesga a que la OTAN le tumbe la mitad de su plan de rearme al ser préstamos

Pedro Sánchez en su comparecencia de este martes. | A. Pérez Meca (Europa Press)

El plan de inversiones en defensa y seguridad de 10.471 millones de euros que el Gobierno de Pedro Sánchez aprobó este martes para alcanzar el 2% del PIB en gasto militar este año, pasando del 1,4% actual a ese 2%, corre el riesgo de no ser aceptado por la OTAN en una parte significativa ya que contiene 4.500 millones en préstamos al sector de la industria. Por lo tanto, no computa como inversión, según advierten fuentes militares a THE OBJECTIVE.

El paquete de inversiones se divide en cinco apartados. El primero es la mejora de las condiciones laborales, preparación y equipamiento de las Fuerzas Armadas mediante el aumento de 7.500 efectivos de aquí a 2029 con una partida de 3.712,49 millones de euros, el 35,4% del total. El segundo pilar es el desarrollo de nuevas capacidades de telecomunicación y ciberseguridad por 3.262,76 millones. Un 31,1% del plan con el objetivo de «crear un escudo digital para España», en palabras de Sánchez, ante el desafío de hacer frente a un millar de ataques cibernéticos al año a entidades públicas y privadas.

El tercer apartado contará con un gasto de 1.962 millones y se destinará a la compra de nuevos equipos de defensa y disuasión. Ello supone el 18,7% del total y enfrenta a Sumar y Podemos con Sánchez porque es la partida más visible del relanzamiento armamentista que critican. Luego está el cuarto paquete en apoyo a la gestión de emergencias y desastres naturales, con 1.751,53 millones (el 16,7%) y, por último, se incluye la mejora de las condiciones de seguridad de los más de 3.000 militares españoles desplegados en las 16 misiones en el exterior, con 328,74 millones (el 3,1%).

Pero las citadas fuentes ven «pura trampa» en el desglose de Sánchez porque cerca de la mitad de esos 10.471 millones serán préstamos a la industria con vencimientos de devolución. Además, para más inri, se incluyen las modificaciones ya aprobadas en las últimas semanas: el crédito extraordinario de 2.084 millones de euros en favor del Ministerio de Defensa, y los 368 millones que se han destinado a la subida lineal de 200 euros al mes para todos los miembros de las Fuerzas Armadas en este 2025.

    A ello se añade que la OTAN examinará con atención el cuarto y quinto desembolso, subrayan las citadas fuentes. Sobre todo, la inyección económica con la que la Unidad Militar de Emergencias (UME) luchará contra los incendios, riadas y nevadas porque los aliados solo aceptan una parte muy concreta y limitada del material que se utiliza en operaciones de socorro. Sánchez habló este martes de aumentar la flota de helicópteros de rescate, pues en caso de conflicto bélico o crisis internacional podrían tener un uso militar, pero no puede incluir gastos corrientes o material específico de protección civil. Por ejemplo, los camiones de bomberos que se utilizan en verano en la lucha contra el fuego. Por lo que los citados 1.751,53 millones estarán en el punto de mira de la Alianza Atlántica.

    Sánchez también sorprendió con el dato del gasto en defensa y seguridad en 2024: el 1,4% del PIB. Hasta el momento, el último dato oficial era el 1,28% de 2023 y que dejaba a España a la cola dentro de la OTAN, ya que era el aliado que menos invertía en términos económicos por detrás de Eslovenia, Luxemburgo y Bélgica, los países que tradicionalmente estaban entre los más remisos en gasto militar.

    Porcentaje de gasto de defensa en el PIB en los 32 países que conforman la OTAN. | OTAN 2024

    Además, 23 aliados llegan o superan al objetivo de invertir el 2% del PIB en Defensa. Los últimos de la lista son Croacia, Portugal, Italia, Canadá, Bélgica, Luxemburgo y Eslovenia, aparte de España. En el extremo contrario se encuentran Polonia, con el 4,12%, Estonia (3,43%) y Estados Unidos (3,38%), quienes lideran el gasto militar en el seno de la OTAN. La meta de gastar el 2% del PIB en Defensa se fijó por parte de los aliados en la cumbre de 2014, en Gales, y desde el año pasado es considerado un suelo mínimo de inversión a la vista del escenario de seguridad que plantea la invasión rusa de Ucrania.

    En lo que respecta al compromiso para invertir al menos el 20% del gasto en nuevas capacidades, todos los países de la OTAN, salvo Bélgica y Canadá, cumplen esta meta, con España sobrepasándolo ampliamente con el 30,3%, como resaltó Sánchez en la rueda de prensa del martes.

    El anuncio del Ejecutivo fue recibido con duras críticas de los socios del PSOE a la izquierda y notable escepticismo del PP, que ve una inversión para «muchísimos años» y que, por tanto, trasciende esta legislatura. «Lo que estamos diciendo es que no se puede casi duplicar el gasto en defensa sobre lo recogido en la ley de presupuestos vigente de 2023 sin pasar por el Parlamento, explicar la procedencia de los fondos y detallar las partidas de gasto», subrayaron fuentes populares consultadas por este diario.

    Un «atentado» a la democracia parlamentaria

    «Esto es un atentado al más elemental concepto de democracia parlamentaria», se quejó un diputado nacional del PP. El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, resumió en sus redes sociales la posición de su partido: «España necesita un verdadero Plan de Defensa y Sánchez ha presentado uno de autodefensa».

    Sánchez insistió en que este importante aumento de fondos en seguridad y defensa se va a financiar con cargo al presupuesto nacional –que se encuentra prorrogado desde el año 2023– sin retraer «ni un céntimo de euro» de las partidas destinadas a soportar los servicios públicos y el Estado del Bienestar. Todo ello, sin subir impuestos ni incurrir en más déficit en este esfuerzo presupuestario. Además, defendió que «menos de una quinta parte» de este plan se destinará a la compra de armamento militar «en el sentido más tradicional del término».

    Este enjuague económico de remanentes sin ejecutar y trasvase de partidas entre ministerios se sustenta en tres apartados. El primero es «la reorientación de algunas partidas» de los fondos europeos. Sánchez puso como ejemplo la destinada a la ciberseguridad, que está dotada con más de 1.300 millones de euros. También mencionó en segundo lugar «los ahorros generados por la gestión rigurosa» del Gobierno y su «exitosa» política económica que ha llevado a cabo. El líder socialista hizo hincapié en que en 2024 se han generado 3.000 millones de euros en reducción de intereses de pago de deuda.

    Por último, señaló que hay partidas que se incluyeron en los Presupuestos Generales del Estado de 2023, pero que en este momento ya «no se necesitan». En este sentido, mencionó una partida de 1.700 millones de euros destinados a compensar a las entidades territoriales por la caída de ingresos fiscales durante el parón económico provocado por la pandemia. «Eso hoy no tiene ninguna lógica y, por tanto, lo que estamos haciendo es reasignarlo a ese compromiso de 10.400 millones de euros», sentenció sin detallar todos los números para cubrir esa cifra.

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