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Política

Defensa mantuvo la conexión con las misiones en el exterior y los buques gracias a los satélites

El suministro eléctrico fue un quebradero de cabeza en el departamento de Robles a lo largo del lunes y el martes

Defensa mantuvo la conexión con las misiones en el exterior y los buques gracias a los satélites

Ejercicio reciente en un submarino de la Armada. | Armada Española

El histórico apagón masivo del pasado lunes se notó en el Ministerio de Defensa más que en la mayor parte de los barrios madrileños, pues hubo problemas con el fluido eléctrico en la jornada del martes. Pero eso no afectó a las comunicaciones con las misiones en el exterior y los buques y submarinos gracias a la red de satélites españoles y la radio de alta frecuencia, la única de onda corta que puede llegar a cualquier punto del mundo ya que rebota en la ionosfera.

El suministro fue un quebradero de cabeza para el departamento de Margarita Robles a lo largo del lunes y buena parte del martes. Se tuvo que recurrir a un camión-generador de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para mantener operativa una parte del edificio. En esa segunda jornada se dio la circunstancia de que ya se había restablecido el uso de la electricidad en la capital, pero en la zona de Azca en la que está el Ministerio hubo apagones intermitentes. Algunos trabajadores comentaron que los generadores eran «una mierda».

Estos aparatos que se encuentran en el Ministerio «solo sirven para la luz», es decir, para iluminar las estancias pero no para suministrar electricidad a los equipos, por lo que los ordenadores estuvieron sin funcionar en varios momentos del martes y un buen número de trabajadores decidió marcharse a su casa, según pudo comprobar este periódico. En todo caso, «nunca se perdió contacto» con el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) ni con las misiones en el exterior y los buques de guerra, subrayan fuentes militares a THE OBJECTIVE.

En el caso de los barcos de la Armada, todos ellos se comunican la mayoría de las veces a través del satélite. Pero, ¿qué pasa si fallan estos sistemas o si el enemigo los anula? La respuesta está en las estaciones de radio alejadas de las grandes ciudades, desde donde se emiten las ondas de HF (por sus siglas en inglés High Frequency). Otras ondas -como las EHF, VHF o UHF- no llegan tan lejos o atraviesan directamente la ionosfera.

La estación de radio de Santorcaz, ubicada entre Madrid y Guadalajara, es la principal de las siete estaciones de radio que tiene la Armada por todo el país. Solo emite mensajes y para recibir las respuestas, recurre a la estación de Bermeja, situada a una veintena de kilómetros de ella. Las otras estaciones secundarias, con un 25% de la capacidad de las de Santorcaz y Bermeja, están en Cádiz y Gran Canaria, ambas divididas en estación emisora y receptora, así como en Guardamar del Segura (Alicante), donde la estación transmisora es conocida como «la torre de los americanos» con sus 378 metros de altura. Los estadounidenses la construyeron en 1962, en plena Guerra Fría, y siguen siendo la estructura más alta de Europa a excepción de varios rascacielos rusos, según reveló la Revista Española de Defensa en octubre de 2023.

La estación de Guardamar sigue funcionando para la flotilla de submarinos de la Armada, si bien mediante la frecuencia LF (Low Frequency), cuyas ondas penetran en el mar a unos 20 metros de profundidad. Así, el submarino puede recibir instrucciones estando sumergido a altura de periscopio, sin exponerse en superficie. Pero para lograr esa capacidad de transmisión la antena tiene que ser muy alta, una opción que solo tienen un puñado de países de la OTAN.

Hasta la década de los 90, los barcos de guerra se comunicaban por onda corta, pero desde entonces se ha dado la vuelta la tortilla y ahora el 90% de los buques utiliza los sistemas de satélites para sus comunicaciones ya que tienen mayor capacidad y velocidad de envío de datos. Por ejemplo, una fotografía puede llegar en milisegundos, mientras que en el HF actual tarda unos cinco minutos.

Perturbaciones a los satélites

Además, las comunicaciones son más fáciles. Antes, con el HF, había varios pasos, mientras que ahora, con el satélite es tan
simple como marcar el número de teléfono del abonado. Incluso, permite que todos los miembros de la tripulación tengan wifi en el interior del barco y puedan tranquilamente enviar mensajes de WhatsApp a sus familiares cuando tienen permiso para ello. En todo caso, cuando los barcos van en formación hasta 30 o 40 kilómetros de distancia entre sí, se envían datos por radio HF mediante comunicaciones escritas muy escuetas, a modo de telegramas.

Los ataques a satélites son cada vez más frecuentes, mediante perturbaciones, por lo que el sistema HF no se ha perdido. Además, en un despliegue naval de ocho meses en misiones internacionales hay una media de unos cinco o seis días en los que el servicio de satélite no funciona, bien por averías en los terminales satelitales del buque, por fuertes tormentas o la distorsión de la señal electromagnética que va del espacio a la embarcación naval.

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