Sánchez defiende la gestión de Corredor en Red Eléctrica: «No está en cuestión»
Moncloa mantiene una interlocución fluida con la presidenta de REE y aplaude la labor comunicativa de sus portavoces

Beatriz Corredor, Teresa Ribera y Francina Armengol.
El Gobierno no conoce la causa del mayor apagón de la historia de España, pero sí tiene informes de diferentes organismos, públicos y privados. A la espera de los informes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y del Instituto de Ciberseguridad (Incibe), analiza los documentos de la empresa semipública Red Eléctrica (REE) y otros realizados por el propio Ejecutivo. De ellos se desprenden varios «hechos» que podrían ser el detonante del llamado ‘cero eléctrico’. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, en ninguno de los informes que obran en poder del Gobierno se recogen «datos concluyentes» sobre un posible ciberataque como origen del apagón, aunque quiere que se hagan públicos los análisis de inteligencia antes de descartar públicamente esta hipótesis. «Están trabajando para tener esos datos y hacer su análisis (…) Sería imprudente descartar cualquier hipótesis y es imprudente señalar sólo una u otra hipótesis», señaló este martes Pedro Sánchez en su nueva comparecencia en Moncloa.
En este sentido, el Ejecutivo está plenamente alineado con el desmentido de REE porque «no existen datos para vincularlo con un ataque terrorista» y «no tenemos información concluyente de que ha sido un ataque». Pero se mantiene a la espera de que la comisión de investigación que Pedro Sánchez ha puesto en manos de su vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, haga «un análisis técnico» con la participación del Incibe, y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), responsable de la supervisión del sector eléctrico. A partir de esos trabajos, el Gobierno promete hacer un «análisis independiente de qué es lo que ha sucedido» utilizando «todos los mecanismos o resortes que tiene la Administración» para, en último término, acotar las responsabilidades de lo sucedido.
En su tercera comparecencia ante la prensa en 24 horas -en ninguna de ellas desveló el origen del apagón-, Sánchez señaló ayer desde Moncloa al sector privado eléctrico y prometió este martes que pedirá «todas las responsabilidades pertinentes a los operadores privados», eludiendo la responsabilidad de Red Eléctrica -y de su presidenta, Beatriz Corredor– cuyo 20% del capital es de participación pública a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Fuentes de Moncloa confirman a THE OBJECTIVE que Corredor «no está en cuestión», y que el aviso a navegantes del jefe del Ejecutivo no iba dirigido a la actual presidenta de la REE, con quien el Gobierno mantiene una interlocución fluida. Además, la exministra socialista es afín al expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, que no sólo tiene influencia en Pedro Sánchez, sino que desempeña un papel relevante como negociador de Carles Puigdemont en Suiza.
El Gobierno busca al culpable
Según fuentes gubernamentales consultadas por este periódico, los portavoces de Red Eléctrica «han cumplido bien» con su papel de rendición de cuentas ante la opinión pública al explicar los dos «eventos» que se registraron en los cinco segundos siguientes a las 12.35 horas de este lunes 28 de abril en la zona suroeste del país. El Ejecutivo cree posible interceptar de la «desaparición súbita del suministro» equivalente al 60% de la demanda del país. Y sospecha de una gran empresa privada con mucha potencia en energía solar, de las que operan en el sistema eléctrico, que recuerdan, «es privado». Algo que servirá para hacer una reflexión sobre el sistema eléctrico español y su funcionamiento.
En su comparecencia en Moncloa, Sánchez prometió que «vamos a llegar hasta el final. Vamos a exigir responsabilidades a los operadores privados si es necesario y vamos a tomar medidas para que no se vuelva a producir». Y para ello, desveló estar «examinando los registros informáticos de Red Eléctrica de los operadores privados para no descartar ninguna hipótesis». Una prueba de la plena sintonía que Sánchez mantiene con Corredor en un trabajo coordinado de plena colaboración.
Moncloa defiende no declarar la emergencia
Según Moncloa, lo ocurrido es una demostración de que el sistema eléctrico en España se ha comportado con gran fortaleza en comparación con otros países del primer mundo que han sufrido incidentes parecidos en el pasado reciente. Y sacan pecho de que, a diferencia de los casos de Texas, Italia o Alemania, «no ha habido saqueos ni altercados» ni problemas de seguridad en las calles. El Ejecutivo considera que éste sería el detonante que motivaría la declaración del estado de alarma, motivo por el cual justifica no haberlo hecho y limitarse a asumir el mando en las nueve comunidades autónomas que le solicitaron el nivel 3 de emergencia.
Moncloa también denuncia las críticas «injustificadas» de la oposición por la falta de explicaciones y la tardanza del presidente del Gobierno en comparecer, pasadas las seis horas del inicio del apagón. «No hay ninguna razón para criticar la política de comunicación del presidente en esa crisis. Ha convocado tres consejos de seguridad, ha ido dos veces a Red Eléctrica». Este mismo martes, Pedro Sánchez telefoneó al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien se había quejado de la falta de información del Gobierno. Y por la tarde, el jefe del Ejecutivo se reunió en Moncloa con Beatriz Corredor y representantes de Iberdrola, Endesa, EDP, Acciona Energía y Naturgy, y la presencia de los cuatro ministros: María Jesús Montero, Sara Aagesen, Carlos Cuerpo y Óscar López.
El Gobierno considera que el sector se ha aliado con la derecha para hacer un «lobby conservador en favor de las nucleares», que no tendrá éxito. Pedro Sánchez considera que el problema no ha sido un exceso de energía precedente de las renovables y no tiene intención de dar marcha atrás en su ofensiva contra la nuclear porque, según aseguró este martes, «quienes están vinculando este incidente a la falta de nucleares francamente mienten (…) Las nucleares, lejos de ser una solución, han sido un problema porque estaban apagadas».