Junts constata que «Puigdemont ha llegado a su techo electoral» y que es necesario el relevo
El partido considera que hace falta una renovación y quiere dar mayor proyección a dirigentes como Salvador Vergés

Carles Puigdemont en Bruselas. | Europa Press
La dirección de Junts per Catalunya empieza a abordar un debate incómodo, pero «necesario»: el «relevo» de Carles Puigdemont al frente del partido, explican fuentes de los posconvergentes a THE OBJECTIVE. En la cúpula de Junts han constatado que «Puigdemont ha llegado a su techo electoral, y es bajo». Si bien el presidente de Junts per Catalunya logró recoser la unidad del partido con su candidatura en las elecciones catalanas del 12 de mayo de 2024, la imposibilidad de frenar a Salvador Illa ha hecho que el partido empiece a pensar en su relevo.
Junts per Catalunya se halla estancado en una renovación que nunca acaba de llegar. Y los sectores del «establishment», del antiguo aparato convergente han ido ganando peso al tiempo que el sector de Laura Borràs ha quedado arrinconado o directamente se ha ido del partido, como fue el caso del abogado Jaume Alonso Cuevillas. Aunque ninguna de estas corrientes internas pusieron en cuestión que Puigdemont era su mayor activo para el 12-M, ahora el aparato considera que es un debate que hay que abordar. Aunque admiten que «es un debate que está muy verde».
La misión, según señalan estas fuentes, es ir dando de forma progresiva mayor proyección a los candidatos mejor valorados y que pueden representar el futuro del partido, como Salvador Vergés, «que gusta mucho a las bases». Como informó este periódico, el hecho de que tanto Junts como ERC estén instalados en los mismos liderazgos que en 2017 propicia que Illa no tenga rival para disputarle el gobierno autonómico.
Derrota de Puigdemont
Precisamente este lunes se ha consumado otra derrota de Carles Puigdemont. El Gobierno de Salvador Illa ha rubricado con ERC y las principales entidades por el catalán, como son Òmnium Cultural y Plataforma per la Llengua, el Pacte Nacional per la Llengua. Pese a que Puigdemont se ha opuesto a que Junts se uniera a este pacto, las entidades pro-catalán no le han hecho caso.

Si en un primer momento parecía que ERC era el que salía peor parado del fracaso del procés, también Junts está sufriendo cada vez más estar relegados en la oposición parlamentaria y con un Illa que parece no tener rival. De algún modo, el paso del tiempo, la «normalización» de Illa en Cataluña tras los años convulsos del procés, la aplicación inacabada de la amnistía -que no ha servido para el propio Puigdemont- y la coyuntura política no son favorables para sus intereses.
De hecho, y tal y como informó THE OBJECTIVE, hay inquietud en los posconvergentes por el perfil «pujolista» y moderado que está adoptando Illa. Y creen que hay que reaccionar cuanto antes, dado que también rivalizan con una Aliança Catalana al alza que explota sus contradicciones.
Artur Mas entra en juego
El expresidente de la Generalitat, Artur Mas, está ganando ascendencia dentro de Junts. Si en las últimas elecciones generales ya se posicionó a favor de este partido (mientras que en el pasado hizo campaña por el PDeCAT), ahora vuelve a ser una voz de autoridad entre los sectores del partido que quieren recuperar la identidad de la extinta Convergència. Incluso se comprometió a hacerse militante.
Mas ha aceptado este rol público que le piden sectores de Junts y recientemente ha comparecido en distintos medios y foros para orientar a su formación. En el partido son muchos que consideran que el expresidente representa los «valores» del nacionalismo conservador al que no debieron renunciar nunca y que hay que pasar página tanto del procés como de los perfiles izquierdistas o populistas que en estos últimos años han sido preponderantes dentro del partido.
Mas también participó activamente en el congreso del partido en octubre. La entronización de la vieja guardia convergente, con Jordi Turull de secretario general, y el desplazamiento de los sectores de Laura Borràs, fue avalado tanto por Puigdemont como por Mas. El actual líder de Junts confió en Mas por su influencia entre el empresariado catalán en una campaña electoral que quería también mantener un perfil pro-business para no quedarse anclada en las lógicas de 2017.
«ADN de centroderecha»
De hecho, una de las razones de fondo para volver a encomendarse a Mas es rentabilizar políticamente el distanciamiento que ha habido entre Illa y la patronal catalana. Foment del Treball y empresarios de la pequeña y mediana empresa se han opuesto a la reducción de la jornada laboral del Gobierno. En el caso de Foment también ha criticado las políticas izquierdistas que el Govern pacta con ERC y comunes de subir impuestos a los propietarios o el decreto de vivienda que regula los alquileres de temporada.
Si en el tema del procés Junts todavía da bandazos, en las cuestiones de índole económica han recuperado su «ADN de centroderecha». En Madrid no han dudado en alinearse con el PP en todo lo que ha tenido que ver con aspectos económicos, como el apoyo a las nucleares y la reducción de la jornada laboral.