La ANC admite una caída de ingresos de un millón y pide a sus miembros un gasto «racional»
División interna sobre cómo financiarse y reticencias a subir la cuota a los socios por temor a sufrir más bajas

El presidente de la ANC, Lluís Llach (c), durante una manifestación para pedir la aplicación de la amnistía. | Europa Press
Las luchas de poder en el seno de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y sus discrepancias sobre el enfoque estratégico que debe mantener son solo una parte de la crisis que afecta a la que durante el procés fue la entidad de referencia del independentismo. Según documentos internos del secretariado nacional de la ANC a los que ha accedido THE OBJECTIVE, hay un motivo de fondo que genera mayor preocupación: la pérdida de ingresos que lleva arrastrando en el último lustro.
La ANC tiene previsto celebrar a finales de junio su asamblea general ordinaria. En las enmiendas que han planteado en el documento del secretariado nacional que someterán a debate se especifica que «cuando la pérdida de ingresos ordinarios de la entidad en los últimos cinco años se acerca al millón de euros, debe ser una responsabilidad compartida, en beneficio de toda la entidad, aplicar criterios racionales de gasto».
Control del gasto
La entidad independentista hace un llamamiento a sus subdelegaciones territoriales para que suban la cuota económica que pagan sus socios. O, en su defecto, les exhorta a hacer una gestión de los ingresos más racional y acorde con los tiempos actuales. La ANC, como Òmnium Cultural, no pasa por su mejor momento por lo que respecta al número de afiliados.
Con el desgaste del plan rupturista, también más gente se ha dado de baja. De acuerdo con los datos ofrecidos por RAC1, la ANC ha perdido un 25% de los socios que tenía en 2019, pasando de los 40.000 miembros que tenía hace seis años a los 30.000 de 2025.

Las subdelegaciones, en riesgo
Como ha avanzado El Triangle, algunas asambleas territoriales ven su continuidad en peligro si se aprueba la nueva financiación prevista en las reformas que propone Lluís Llach, actual presidente de la entidad.
De hecho, el documento al que ha accedido este periódico también se hace eco de que dos asambleas territoriales «presentaban un saldo en su cuenta superior a su gasto acumulado de los últimos cuatro o cinco ejercicios».
La gran preocupación de estas asambleas territoriales es poder sobrevivir con el nuevo control que quiere aplicar la dirección. En concreto, la reforma que atañe al artículo 3.12 del Reglamento de Régimen Interno relativa a que «con carácter general corresponderá a cada una de las asambleas territoriales percibir trimestralmente en su subcuenta una tercera parte de las cuotas ordinarias que hayan sido satisfechas efectivamente por los miembros de la Asociación que estén adscritos siempre al carácter, de acuerdo con los criterios que se establecen. Las asambleas territoriales que lo consideren adecuado podrán optar a una cantidad superior, siempre que no supere el 50% de las cuotas, y por un período previamente determinado en la solicitud. El abono será a final de cada trimestre».
En una enmienda al artículo siguiente se indica que «los miembros del Secretariado Territorial son responsables del buen uso de los fondos puestos a su disposición. Los gastos de las territoriales deben gestionarse con criterios racionales y quedan sometidos a los objetivos, finalidades, actividades y estrategias propias de la Asamblea y que se desarrollen dentro de su propio ámbito».