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Política

Tensión en Interior por la maniobra de Moncloa contra la UCO con una «patada hacia arriba»

El coronel Yuste ascenderá previsiblemente en julio, oportunidad que aprovechará el Gobierno para buscar un perfil afín

Tensión en Interior por la maniobra de Moncloa contra la UCO con una «patada hacia arriba»

El ministro del Interio, Fernando Grande-Marlaska. | Fernando Sánchez (Europa Press)

La salida del número dos del Ministerio del Interior, Rafael Pérez, no es una decisión personal ni casual. Y no lo es por el contexto en que se produce: un escenario de máxima tensión en Interior, por el enfrentamiento entre el Gobierno y la Guardia Civil por las múltiples investigaciones que acorralan al Ejecutivo, la actividad de una supuesta cloaca que actuaba en nombre de Ferraz para buscar pruebas incriminatorias de los mandos del Instituto Armado y la inminencia del informe de la Unidad Central Operativa (UCO) sobre el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán.

Todo ello ha cristalizado en una decisión por parte del Gobierno: desmontar el operativo de la UCO aprovechando la próxima salida de su actual jefe, Rafael Vicente Yuste, según ha podido confirmar este periódico en fuentes gubernamentales y en la propia Benemérita. En privado, Moncloa admite incluso ser partidaria de la destitución del mando de la UCO por ir «a la caza del Gobierno». No en vano el Ejecutivo lleva semanas expresando su malestar por supuestas filtraciones de los futuros informes de la Benemérita y no tuerce el gesto ante las informaciones que hablan de una mal llamada ‘UCO patriótica’.

No obstante, Moncloa es consciente de la dificultad de ejecutar cese fulminante como el que en su día perpetró el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, contra el coronel Diego Pérez de los Cobos por no informarle de un operativo secreto sobre la covid y el 8-M. Pese a que Yuste también ocupa un puesto de libre designación, que podría cesar por «pérdida de confianza», el Gobierno entiende que el impacto de este movimiento podría provocar un efecto bumerán en la opinión pública tras la cascada de investigaciones judiciales que acorralan al PSOE. Sin embargo, el posible ascenso a general de brigada de Yuste, previsto para el mes de julio, ha abierto una ventana de oportunidad para el Ejecutivo.

El ascenso del actual jefe de la UCO depende de sus evaluaciones y posición en el escalafón respecto de sus compañeros de promoción, y debe ser validado por el Consejo de Ministros. Fuentes de la Benemérita dan por descontada su promoción a general, habida cuenta de su brillante y dilatada carrera en el cuerpo: «En su ascenso a coronel, saltó dos promociones de golpe». Con esa «patada hacia arriba» el Gobierno ve una ventana de oportunidad: si Yuste abandonara los mandos de la UCO, es la directora de la Guardia Civil, Mercedes González, quien debería nombrar a uno de los coroneles de la Guardia Civil, tras consultar a la cúpula del cuerpo armado y al ministro del Interior.

Malestar de la UCO con el DAO

La intención ha llegado a oídos del afectado y de la propia cúpula de la Guardia Civil. Según revelan fuentes del cuerpo a THE OBJECTIVE, hace días se celebró un almuerzo entre los altos mandos de la Benemérita en el que se abordó la intención del Ejecutivo de «desmantelar la UCO» eligiendo a un coronel afín que deje dormir los informes de las principales investigaciones que tiene en sus manos actualmente la policía judicial. En la Guardia Civil hay malestar por los ataques del Gobierno por las supuestas filtraciones. Concretamente, por acusar a la UCO de filtrar los mensajes entre José Luis Ábalos y Pedro Sánchez, antes de que el exministro socialista reconociera públicamente que autorizó al diario El Mundo la publicación de algunas de estas comunicaciones.

El Instituto Armado percibe que el Gobierno intenta desacreditar el trabajo de los investigadores para neutralizar el impacto de los informes que están por venir. En este sentido, en el encuentro reciente entre los mandos de la Benemérita del que ha tenido conocimiento este diario se plasmaron las tensiones entre las propias unidades del Instituto Armado. Concretamente, existe un profundo malestar de la UCO con el director adjunto operativo (DAO) de la Guardia Civil, Manuel Llamas, por alinearse con el Gobierno para menoscabar y frustrar la labor investigadora de la policía judicial.

Hace ocho meses, en octubre de 2024, el DAO -persona de la máxima confianza del ministro Marlaska- envió en un chat interno un mensaje de WhattsApp con una noticia de THE OBJECTIVE en la que se daba cuenta del hallazgo por parte de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil de dos discos duros que se encontraron en el registro domiciliario de Koldo García, que contenían información «sensible del número uno».

Los vínculos de López Malo y Koldo

El destinatario del mensaje era el general Alfonso López Malo, exjefe de la UCO y actual responsable de la Jefatura de la Policía Judicial: «Buenos días Alfonso, échale una ojeada a esto y luego hablamos», transmitió Llamas a López Malo en un grupo de WhatsApp del Centro de Estudios de la Defensa (Ceseden), en el que estaba presente José Luis Ábalos y que borró de forma inmediata.

El DAO es una persona de la máxima de confianza de Marlaska desde su nombramiento en diciembre de 2023. Previamente, fue el jefe de gabinete de la exdirectora de la Guardia Civil, la socialista María Gámez, quien tuvo que dimitir por la imputación judicial de su marido. La investigación de la UCO evidenció la cercanía de Koldo García con la entonces directora del Instituto Armado, quien se hizo test PCR gratis en un laboratorio controlado por Víctor de Aldama cuando estas pruebas no eran de fácil acceso. El nombre de María Gámez también apareció en los correos electrónicos de Aldama para la organización de un vuelo inaugural de Air Europa a Georgia, incluida en la delegación del Ministerio de Transportes, en esas fechas en manos de Ábalos, como desveló THE OBJECTIVE.

Los primeros pinchazos telefónicos a los investigados, recogidos en los informes de la UCO, revelaron la existencia de una reunión de Koldo García con el DAO 40 días antes de su detención. También desvelaron que el asesor de Ábalos supo que estaba siendo investigado meses antes de que la UCO lo detuviera en febrero de 2024. Un aviso que recibió del comandante de la Guardia Civil detenido, Rubén Villalba, con quien se reunió la fontanera del PSOE, Leire Díez, para ofrecerle un ascenso a cambio de «pruebas para atacar a la UCO», según ha publicado el diario El Mundo.

La exresponsable de Comunicación de Enusa y exdirectora de Relaciones Institucionales y Filatelia de Correos ofreció a otros empresarios acuerdos «muy favorables» con la Fiscalía a cambio de que le facilitaran pruebas incriminatorias sobre altos mandos de la Unidad Central Operativa que investiga los casos judiciales del Ejecutivo. Esas conversaciones, publicadas por este periódico, coinciden en el tiempo con la dimisión del secretario de Estado de Interior, Rafael Pérez, supuestamente «por motivos personales».

Fuentes gubernamentales y socialistas aseguran que Pérez, de la máxima confianza de Marlaska, «no ha podido más con la presión» existente entre el Gobierno y la UCO. «No podía mirar para otro lado», explican quienes creen que su salida anticipa otra de mayor envergadura, la del ministro del Interior. En un clima de extrema tensión, el Gobierno decidió sacar a escena al titular de Interior en Moncloa en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Tras meses de ausencia y en pleno huracán por las grabaciones de la cloaca del PSOE, Marlaska compareció para manifestar su «respaldo decidido, manifiesto y por convicción» a la UCO. Y negó que nadie del Gobierno haya acusado directamente a esta unidad de ser la autora de filtraciones: «No conozco ninguna declaración de ningún miembro del Gobierno de España que haya hecho referencia a la UCO como autora de ninguna filtración, sino lo único que conozco es el apoyo de todos los integrantes del Gobierno de España a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y, evidentemente, a la UCO en el cumplimiento de sus funciones». Pocas horas después, trascendía la noticia de la dimisión de su número dos: «Es sólo un aviso, él es el siguiente», auguran fuentes socialistas.

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