Albares invita solo a periodistas afines al acto de los diplomáticos represaliados por Franco
Exteriores margina a corresponsales diplomáticos, quienes tuvieron que seguir el evento por ‘streaming’

José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores. | Foto: MAEC
El polémico acto público organizado este lunes por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en la sede central del Marqués de Salamanca para homenajear a los diplomáticos represaliados durante la dictadura del general Franco ha contado únicamente con periodistas seleccionados expresamente por el jefe de la diplomacia. El resto de corresponsales diplomáticos no fueron invitados y han tenido que seguir el evento por ‘streaming’.
En las imágenes facilitadas por el propio Ministerio de Asuntos Exteriores aparecen entre los invitados varios periodistas de El País, Infolibre y Público, quienes recibieron invitaciones personales la pasada semana junto con un adelanto de la información. Mientras, en la convocatoria del acto enviada a los periodistas el pasado viernes, se indicó que «todo el evento podrá seguirse por streaming a través del canal de YouTube del Ministerio», por lo que el resto de los informadores no pudieron acreditarse.

El acto ha provocado incredulidad entre un buen número de diplomáticos ya que Albares develó una placa «en homenaje a todos los diplomáticos y personal del Servicio Exterior que permanecieron leales a la democracia frente a la dictadura franquista». Lo sorprendente es que, desde la etapa de Miguel Ángel Moratinos, ya existe una placa así en la sede histórica del Palacio de Santa Cruz «en homenaje a los miembros del Servicio Exterior de España, fieles a la legalidad constitucional y al Estado de derecho» durante la Guerra Civil.
Se colocó hace más de 15 años en la escalera de honor por la que se entra al edificio ubicado junto a la Plaza Mayor. El texto grabado en piedra se encuentra en lo más alto del lateral izquierdo, junto a los nombres de diplomáticos y cooperantes españoles que han fallecido en acto de servicio.

El hecho de que Exteriores tenga ahora dos placas sobre el mismo asunto ha encrespado los ánimos entre algunos diplomáticos, quienes sospechan que el ministro solo buscaba una foto y sacar pecho en el llamado ‘año Franco’, con el que Gobierno celebra los 50 años del fallecimiento del dictador.
Finalmente, la placa de Marqués de Salamanca contiene los nombres de 45 diplomáticos que permanecieron leales a la República tras la llegada del franquismo. Sus nombres han sido recopilados por el historiador Ángel Viñas, que en 2010 publicó el libro ‘Al servicio de la República. Diplomáticos y Guerra Civil’ a iniciativa de Moratinos y que ha seguido investigando en busca de otros miembros del Servicio Exterior que se mantuvieron fieles a la República tras la llegada del franquismo.

El jefe de la diplomacia ya se vio envuelto en una polémica hace tres años con una placa a las pocas semanas de llegar al cargo. Fue en enero de 2022 en la inauguración de la nueve sede de la plaza del Marqués de Salamanca. El texto que descubrió Felipe VI en presencia del ministro omitió el nombre del monarca… mientras que el de Albares aparecía hasta con dos apellidos.
El hecho de que Felipe VI o Letizia no aparezcan en una placa conmemorativa sorprendió a más de uno en Exteriores, pero es algo que sucede desde hace años. Los Reyes consideran que es redundante poner sus nombres, que no son los protagonistas y que con mirar la fecha en la que se descubrió, se puede saber si fueron ellos o los eméritos.
Lo que sí que incumbía a Exteriores era el resto del texto que aparecía en la placa, así como el material que se eligió. Fuentes diplomáticas ya indicaron en aquel momento que ante la «modestia» con la que los Reyes se estaban mostrando en este tipo de actos desde hace años, lo lógico es que Albares hubiera seguido el ejemplo de Felipe VI.
La utilización del «don» antes del nombre y de los citados dos apellidos pareció excesivo para algunos altos cargos y funcionarios del ministerio. Es más, algunos opinaron que lo más sensato hubiera sido omitir también el nombre del ministro en la placa, ante la realidad de que el grueso de las obras de rehabilitación del edificio se desarrollaron bajo el mandato de sus últimos predecesores. Al fin y al cabo, el jefe de la diplomacia solo tuvo que firmar las últimas decisiones administrativas antes de cortar la cinta.