Una nueva asociación de mujeres obesas pide que la «gordofobia» sea un delito de odio
La asamblea La Gorda también denuncia que las «corporalidades disidentes» están infrarrepresentadas en el cine

Mujeres de la asamblea La Gorda. | La Gorda
Un grupo de personas obesas se ha reunido en la asamblea La Gorda para exigir que la «gordofobia» sea considerado un delito de odio en España y, en consecuencia, se pueda perseguir judicialmente a los autores de hacer comentarios sobre este tipo de físico o a quienes tengan conductas o lleven a cabo malos diagnósticos médicos por asociarlos al sobrepeso. Esta iniciativa parte de una asociación catalana, formada principalmente por mujeres, que denuncia haber sufrido episodios de «gordofobia» en la familia, en el sector sanitario y debido al «sistema heteropatriarcal» en el que denuncian que vivimos.
La «gordofobia» -palabra que la Real Academia Española no recoge aún- se define como un estigma social hacia las personas con sobrepeso y que puede acarrear conductas discriminatorias por su físico. A inicios de junio se celebraron en Barcelona las Jornadas contra la Grasofobia y la Violencia Estética hacia las Mujeres y las Disidencias de Género en la que participaron algunas de sus miembros para explicar la presión estética que sufren por no tener cuerpos «normativos».
Por cuerpos normativos se suele interpretar los que socialmente son «aceptados» o aparecen representados en la publicidad. No obstante, a nivel médico, la Organización Mundial de la Salud también indica que el peso saludable debe corresponder a un Índice de Masa Corporal (IMC) de entre 18,5 y 24,9.
El IMC se calcula dividiendo el peso en kilogramos por el cuadrado de la altura en metros. Un IMC dentro de este rango indica un peso saludable, mientras que valores inferiores pueden indicar bajo peso y valores superiores, sobrepeso u obesidad.
Sin representación en el cine
En su página web también comparten un análisis «sobre la representación de la diversidad corporal en la ficción española del 2023 en cine y televisión» donde reflejan que están infrarrepresentadas en el cine: solo hay «un 24,29% de los personajes con corporalidades disidentes en películas» y «un 19,75% en series».
En el informe, que cuenta entre sus socios con Netflix y Filmin, explican que en 2023 ha habido un notable aumento de las «corporalidades disidentes», al ascender al 8,83% en cine y al 8,2% en ficción seriada. En los dos casos han crecido casi cuatro puntos porcentuales como consecuencia de la mayor presencia de personajes gordos, cuya inclusión prácticamente se ha duplicado.
Pese a todo, lamentan «más de la mitad de los personajes con corporalidades disidentes (el 54,29 %) no tienen trama propia y, además, su presencia está condicionada por marcados estereotipos».
Delito de odio
Para este colectivo también es de vital importancia que la «gordofobia» sea considerado un delito de odio para contar con un canal de denuncia y «poder recopilar datos». Así lo exponía Ray, una miembro de La Gorda, en un reportaje de TV3.
A su juicio, falta sensibilización social respecto al tipo de violencia que sufren por tener sobrepeso. Consideran que muchas veces no les hacen diagnósticos médicos precisos porque se reduce todo a una cuestión de obesidad, además de hacerles sentir culpables por un físico que no pueden o no quieren cambiar.