Pablo Bustinduy, el ministro mejor valorado de Sumar (y el menos conocido)
El responsable de Derechos Sociales destaca en los sondeos pero su escasa proyección le frena ante Díaz

El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy. | Europa Press
Pablo Bustinduy, el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, está viviendo algo parecido a una luna de miel demoscópica. El dirigente de Sumar, que forma parte del equipo de cinco departamentos controlados por la coalición de partidos que lidera Yolanda Díaz, se ha consolidado como el ministro mejor valorado de todo el Ejecutivo. Así lo recoge el último informe del Centro de Investigaciones Sociológicas, que determina que Bustinduy es el único miembro del Gobierno que aprueba junto al ministro de Economía, Carlos Cuerpo.
Bustinduy cosecha una nota de 5,13 puntos sobre 10. Un resultado positivo para el dirigente, puesto que le permite mejorar incluso los 4,25 puntos de Yolanda Díaz. Pero con una sombra: tan solo uno de cada cuatro encuestados por el CIS dice saber quién es. Ese escaso grado de conocimiento no se limita a los votantes de otros partidos, pues según la encuesta del instituto que dirige José Félix Tezanos tan solo uno de cada dos votantes de Sumar (el 53%) declara conocer al ministro.
Ese dato se convierte en un problema a la hora de postularse como alternativa a Yolanda Díaz, según señalan en su propio sector. Y también en una de las claves de su éxito demoscópico, según añaden compañeros del propio ministro. La comparación con Díaz es demoledora: el 96% de los encuestados afirma saber quién es la política gallega.
Hace alrededor de un mes se difundió en los círculos de Sumar (algunos sospechan que empujado por Podemos) una información que apelaba a la «operación Bustinduy» para sustituir a Yolanda Díaz. Se hacía referencia a la idea de que el responsable de Derechos Sociales, dirigente reconocido internamente por su preparación y buen talante, y por haberse desmarcado de Podemos a tiempo, podía sustituir a la dirigente gallega como candidato nacional.
Choque con Ryanair
Este diario ya había publicado en que en algunos segmentos de Sumar, concretamente en Más Madrid, el nombre de Bustinduy circulaba con fuerza como uno de los principales activos del grupo. Así que una corriente del propio Más Madrid, la que antaño trabajaba en Izquierda Unida pero que fue confluyendo en Podemos hasta romper también con él, le señaló como alternativa a Mónica García para la candidatura madrileña, en un encaje de bolillos que convertiría a la ministra de Sanidad en alternativa a la actual vicepresidenta.
El hecho de que algunos compañeros lanzaran la figura de Bustinduy como una de las opciones para sustituir a Díaz fue creciendo a medida que el político ganara visibilidad política gracias a su posición sobre Israel (fue el primer ministro en pedir algo parecido a un bloqueo de las relaciones comerciales por Gaza) y al choque con Ryanair. En febrero, el presidente de la aerolínea vistió a Bustinduy de payaso por la orden de sanción de 179 millones ordenada por el ministro por presuntas prácticas abusivas de la compañía. Aquello fue el comienzo de la luna de miel de Bustinduy con el electorado.
Poca visibilidad
En octubre del año pasado, el barómetro del CIS ya otorgaba al responsable de Derechos Sociales una nota bastante alta: 4,49 puntos. Bustinduy se convirtió en uno de los ministros mejor valorados de su grupo, al igual que Sira Rego y Ernest Urtasun. Pero desde entonces, el apoyo a Bustinduy ha ido in crescendo hasta convertirle ahora en el ministro más valorado de todo el Gobierno.
Sin embargo, aunque su popularidad ha mejorado, no lo ha hecho de forma tan determinante. Desde finales del año pasado, Bustinduy ha pasado de un nivel de conocimiento del 21% de los encuestados en octubre a un 28,8% de ahora (según el último barómetro del CIS de julio). Este bajo nivel de conocimiento condiciona la proyección interna del dirigente, según afirman varias fuentes en Sumar, lo que lastraría su capacidad de convertirse en un referente de Sumar para el futuro. Es más, según algunos, su buena nota dependería sobre todo de ese elemento: al ser menos conocido, la opinión de los críticos con el Ejecutivo no se registraría porque en las llamadas telefónicas evitarían darle una nota.
En este sentido, aunque sea mejor valorado que Ernest Urtasun, el político catalán gozaría de más visibilidad si en un determinando momento quisiera pugnar por liderar Sumar (le conoce un 38% del electorado, y el 58% de los votantes de Sumar). Y algo parecido podría esgrimir Mónica García (la conoce un 55% de los votantes, y un 76% de los partidarios de Sumar). Aunque en ese particular momento nadie tiene duda de que Yolanda Díaz sigue gozando de una ventaja estratégica. Y que gracias a ello difícilmente renunciará a mantenerse al mando de la coalición de celebrarse elecciones a corto o medio plazo por la crisis de corrupción del Ejecutivo, tal y como apuntan cada vez más fuentes en ese segmento político.