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Política

La ministra Montón dimitió por mentir en su CV, pero lleva cinco años de embajadora

La extitular de Sanidad ha superado el tiempo de permanencia de los diplomáticos de carrera en un destino

La ministra Montón dimitió por mentir en su CV, pero lleva cinco años de embajadora

La exministra de Sanidad Carmen Montón explicando en 2018 las irregularidades de su máster. | Eduardo Parra (Europa Press)

La que fuera ministra de Sanidad, Carmen Montón, durante el primer Gobierno de Pedro Sánchez y que dimitió en septiembre de 2018 por plagio y falsificación de notas en un máster de la Universidad Rey Juan Carlos ocupa desde marzo de 2020 la embajada española ante la Organización de Estados Americanos, con sede en Washington. Este caso de irregularidades en los estudios no le pasó factura, sino todo lo contrario, ya que fue premiada con esta responsabilidad. Además, fuentes diplomáticas consultadas por THE OBJECTIVE muestran su sorpresa porque se mantenga en el cargo, después de cinco años, cuando habitualmente en estos destinos un diplomático de carrera -no es su caso- suele estar cuatro años.

El caso de Noelia Núñez -la diputada y dirigente del Partido Popular que ha dimitido tras reconocer que no tenía ninguna licenciatura a pesar de haber transmitido al Congreso de los Diputados que tenía un doble grado en Derecho y en Ciencias Jurídicas de la Administración, como figura en su ficha personal- ha puesto en la diana a otros cargos públicos que han conseguido rehacer su vida política a pesar de haber pasado por circunstancias similares.

Mientras que los socialistas, por un lado, se cobran la pieza de Noelia Núñez y piden ejemplaridad en el ejercicio de la política; por otro, mantienen en cargos con una gran remuneración a dirigentes dimitidos. Es el caso de la exministra de Sanidad, Carmen Montón, que tuvo que dimitir en septiembre de 2018, por el escándalo provocado por las irregularidades del máster que cursó entre 2010 y 2011 en la Universidad Rey Juan Carlos sobre Estudios Interdisciplinares de Género.

El escándalo fue desvelado por eldiario.es al asegurar que Carmen Montón había empezado el máster cuando la mitad de las asignaturas ya habían finalizado. La entonces ministra alegó que había cursado esos estudios a distancia, a pesar de que el máster era presencial. Posteriormente, el mismo medio de comunicación publicó que se habían manipulado las notas después de que el máster había concluido. Montón se negó a entregar el Trabajo Fin de Máster (TFM) a los medios, pero después de que La Sexta desvelara que había plagiado hasta 19 páginas de ese trabajo, presentó su dimisión el 12 de septiembre de 2018, informó EP.

Un año y medio después de esta dimisión, el Consejo de Ministros la nombró el 10 de marzo de 2020 nueva embajadora observadora permanente ante la Organización de Estados Americanos (OEA), con sede en Washington, ante la sorpresa de los diplomáticos. Las fuentes consultadas aseguraron que «no tenía preparación ni formación» para ocupar este puesto de tan «alto nivel» en el ámbito de la representación diplomática. El sueldo de Montón ronda los 173.000 euros anuales.

España no es miembro de la OEA, pero sí un observador especialmente relevante, y Montón relevó a un diplomático de carrera, Cristóbal Valdés. Su llegada a Washington fue muy polémica y provocó el «estupor» del mundo diplomático, sobre todo por la premura con la que quiso tomar posesión de su cargo y trasladarse a Washington, en plena pandemia. De hecho, un traslado que suele durar varios meses se quiso hacer tan solo quince días después de su nombramiento. Habitualmente, se suele dar un margen de cortesía para que el anterior cargo pueda hacer el cambio de domicilio y solucionar su situación familiar. Además de trasladarse la exministra, buscó acomodo para su marido, Alberto Fernández, que fue contratado como asesor de la Consejería de Justicia de la embajada española en Estados Unidos.

Estas circunstancias provocaron la protesta de la Asociación de Diplomáticos, ya que era el cuarto nombramiento de un político para un puesto de embajador frente a los diplomáticos de carrera. Esta es una de las principales quejas a día de hoy, ya que un embajador de carrera no suele estar más de cuatro años en un mismo destino; cosa distinta son los que eligen destino en el sorteo del denominado «bombo» que ocupan cargos en las embajadas, como son los de cónsul, consejeros o secretarios, cuyo periodo de estancia varía según la dificultad del destino. La permanencia está regulada por el Real Decreto 674/1993, de 7 de mayo, sobre provisión de puestos de trabajo en el extranjero y ascensos de los funcionarios de la Carrera Diplomática.

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