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Carmen Montón: del “no todos somos iguales” a acabar como Cifuentes

“¡¡No todos somos iguales!!”, enfatizó Carmen Montón en su primera comparecencia ante los medios de comunicación después de que eldiario.es denunciara un presunto fraude en su máster conseguido – sí, conseguido – en la Universidad Rey Juan Carlos.

Carmen Montón: del “no todos somos iguales” a acabar como Cifuentes

“¡¡No todos somos iguales!!”, enfatizó Carmen Montón en su primera comparecencia ante los medios de comunicación después de que eldiario.es denunciara un presunto fraude en su máster conseguido – sí, conseguido – en la Universidad Rey Juan Carlos, la misma que está siendo investigada por la Justicia ante el más que evidente comercio de másteres a modo de regalos y prebendas para alumnos con una misma característica: dedicarse a la política.

Frente a lo que decía Montón con contundencia, con malestar, ofendida, incluso, de que “no todos somos iguales”, parece que hay algunas similitudes con otros casos como el de Cristina Cifuentes o el de Pablo Casado.

Han bastado sólo 48 horas para acabar con una carrera brillante.

“Le he comunicado mi dimisión al presidente del Gobierno”, anunciaba 48 horas después de que estallara el escándalo la propia Carmen Montón en la sede del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Dimisión que se producía a pesar de reiterar durante su comparecencia, pasadas las nueve de la noche, su inocencia, su honestidad, y asegurar que se iba con la conciencia tranquila porque “no he cometido ninguna irregularidad” en el máster realizado en los años 2010 y 2011.

Montón no soportaba la idea de que se comparase su caso con, por ejemplo, el de la expresidenta de la Comunidad de Madrid y, sin embargo, ¡hay tantas similitudes!. Ambas negaron la mayor cuando estallaron sus respectivos escándalos, ambas se defendieron como gato panza arriba y aseguraron que no habían cometido ninguna irregularidad, ambas aseguraron haber realizado sus trabajos de fin de máster – aquí, la diferencia estriba en que mientras Cifuentes sigue manteniendo que se le traspapeló en una mudanza, la ministra lo mostró a los periodistas pero, eso sí, sin dejar que fuera fotocopiado.

A Cifuentes, como ya es sabido, no le sirvió su peregrina excusa de la mudanza porque la juez que lleva el caso decidió procesarla, como también lo están algunos profesores de la denostada URJC, entre los que destaca el catedrático Enrique Álvarez Conde, director del máster de Cifuentes y, ¡causalidades de la vida!, también vinculado al máster de la ministra. ¡Qué coincidencia más terrible para la diputada del PSOE!.

Cuando ocurren estas cosas la pregunta es: ¿por qué? ¿Por qué Carmen Montón, que es licenciada en Medicina y tienen un buen currículum, necesitaba un máster de la URJC obtenido de mala manera?. ¿Por qué, si su carrera política ya iba en ascenso sin complicaciones? ¿Por qué meterse en ese lío y más cuando ha quedado demostrado que su trabajo de fin de máster, ese que no quería que ningún medio fotocopiara, está lleno de frases plagiadas, según desvelaba la Sexta, o que sus notas fueron manipuladas, como publicó eldiario.es.

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Carmen Montón comenzó a militar en el PSOE a los 16 años. | Foto: PSV-PSOE | Flickr

¿Por qué aceptar un máster de Estudios Interdisciplinares de Género que, según se ha comprobado, obtuvo de forma irregular? Ella explicó que cuando fue designada portavoz de Igualdad del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso pensó que debía mejorar sus conocimientos en esta materia y por eso hizo el máster. Perfecto, pero ¿por qué aceptó que se produjeran tantas irregularidades en vez de denunciarlas? ¿Por qué no hizo el máster en otro centro donde todo fuera igual para todos los alumnos? ¿Por qué para el TFM recurrió a copiar frases enteras de otras autoras a las que no citó en ninguna parte, o incluyó textos de la Wikipedia sin citarla tampoco? En fin, muchas preguntas y ninguna respuesta. Montón se ha ido sin aclarar nada pero con la conciencia tranquila. Mala cosa hablar de conciencia tranquila cuando uno tiene que marcharse por la puerta de atrás porque le han pillado en un renuncio.

Así es como una carrera brillante termina embarrada. Porque Montón, aunque no ha ejercido como médico, cuenta con un destacado curriculum político. Antes de llegar a ministra, había sido secretaria de Movimientos Sociales y ONG en el PSOE de Valencia entre los años 2000 y 2004. En 1999 obtuvo su acta de concejala de Cultura en el Ayuntamiento de Burjassot, donde nació en 1976, que mantuvo hasta 2004. En el PSOE ha pertenecido a la Comisión Ejecutiva. En el Congreso de los Diputados lleva tres legislaturas trabajando por la los derechos sociales, sanitarios y la igualdad.

Cuando Sánchez pensó en ella para ocupar la cartera de Sanidad, Montón tenía experiencia en la materia porque en ese momento era la consejera de Sanitat Universal i Salut Pública en la Comunitat Valenciana.

Defensora la Sanidad pública, en su primera intervención tras tomar posesión de su cargo en el Gobierno de coalición que preside el socialista Ximo Puig, anunció su intención de eliminar los “copagos y repagos” y de llevar a cabo un cambio en cuanto a los conciertos económicos con el sector privado, buscando siempre la excelencia y la calidad de la Sanidad pública.

Ponente de la Ley de la interrupción del embarazo durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y del matrimonio igualitario, en el haber de Montón cabe destacar que durante su breve paso por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social ha recuperado la Sanidad universal que el PP quitó cuando llegó al poder. Como ella indicaba en su despedida, en sólo 100 días el balance al frente de Sanidad ha sido positivo, pues también ha sentado las bases para acabar con el copago farmacéutico de los jubilados, mejorar la situación de las personas dependientes, proponer medidas contra la pobreza infantil y defender las ayudas a lesbianas y mujeres solas para los tratamiento de fertilización.

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Defensora de la Sanidad pública, fue consejera de Salud en Valencia antes que ministra. | Foto: PSV-PSOE | Flickr

Montón se ha visto obligada a dimitir porque, frente a lo que decía, había demasiadas similitudes con escándalos de otros políticos como Cifuentes o Casado. Después, la Justicia determinará las responsabilidades judiciales, si es que las hay los casos de Cifuentes y Casado, y si se abren diligencias en relación con el máster de la dirigente socialista, pero en política el listón, la prueba del algodón, está donde está – algunos se quejan de ser demasiado alto – por los numerosos casos de corrupción que, sobre todo el PP, pero también otros partidos como el PSOE en el que milita Montón desde los 16 años, han ido dejando a su paso por el poder.

Defensora de la Sanidad pública, antes que ministra fue consejera de Sanitat Universal i Salut Pública en la Comunitat Valenciana

El compromiso adquirido por Pedro Sánchez de no permitir ni una pequeña mancha en el currículum de sus ministros y demás altos cargos es el origen de esta nueva dimisión forzada. ¡En sólo 100 días a Sánchez se le han caído dos ministros ya!, después de la renuncia de Màxim Huerta, quien sólo pudo ejercer una semana como ministro de Cultura y Deportes antes de que Sánchez le enseñara la puerta de salida.

En realidad, no fue tanto el presidente del Gobierno sino una parte del PSOE la que forzó esa primera dimisión o cese. Ahora, con Montón, ha ocurrido algo similar. Tanto Montón como Huerta aseguraron que tras estallar sus respectivos escándalos, habían hablado por teléfono con el presidente del Gobierno y que éste les había dicho lo mismo: “mantente fuerte”.

Sánchez, al igual que con Màxim, se resistía a aceptar la dimisión de su ministra y llegó a avalar su continuidad al manifestar en los pasillos del Senado que “Carmen Montón está haciendo una gran labor al frente del Ministerio de Sanidad y lo va a seguir haciendo”. Apenas cuatro horas después, la ministra anunciaba su dimisión. ¡Vaya papelón para el presidente y la credibilidad de su Gobierno!

Casada y con una hija, Carmen Motón ya tuvo que superar un escándalo cuando, siendo consellera de Sanidad, su marido fue nombrado consejero delegado de la compañía de aguas Egevesa, dependiente en parte de la Diputación de Valencia. El revuelo fue tal que Alberto Hernández dimitió, según informó entonces el diario Información. Ahora es ella la que ha tenido que renunciar a su puesto de ministra.

Al final, los hechos se han impuesto. Aunque Montón crea lo contrario, lo cierto es que, como escribió George Orwell en su famosa obra Rebelión en la granja, “todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros”.

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