La flotilla de Colau solo lleva el equivalente al 5% de las ayudas que entran a diario en Gaza
Los activistas rechazan la propuesta italiana de llevar el material a un puerto seguro e insisten en «romper el bloqueo»

La Global Sumud Flotilla rumbo a Gaza. | Zuma Press
La flotilla que está navegando rumbo a Gaza lleva en sus barcos alrededor de 250 toneladas de ayuda humanitaria, según las informaciones oficiales de los integrantes del grupo. Se trata de una cantidad más bien simbólica, puesto que entran a diario en la franja -bajo el permiso y la supervisión de Israel- entre 250 y 300 convoyes y camiones, con un total de 5.000 toneladas de ayudas. Cada camión almacena unas 20-25 toneladas, por lo que la flotilla llevaría, tras un periplo de un mes por el mar Mediterráneo, lo mismo que 10 o 15 camiones, es decir, un 5% del total del material que entra a diario en Gaza (y menos del 1% de lo que entra en una semana). Los promotores de la flotilla reivindican la entrega de comida y medicamentos como principal objetivo de su misión, pero se han negado a dejar su carga en un puerto seguro que evitaría un posible choque con las autoridades israelíes. Israel habla de «provocación» y hasta ONG como Médicos Sin Fronteras han criticado envíos espurios de ayudas, afirmando que los convoyes vía terrestre son los más eficaces para asistir a la población civil
La flotilla zarpó el pasado 31 de agosto desde el puerto de Barcelona. Anunció su objetivo de «romper el bloqueo» y entregar ayuda humanitaria a la población de Gaza. El grupo de 50 embarcaciones ha ido menguando a lo largo de estos días. Se han añadido algunos barcos desde otros puertos europeos, pero otros han tenido que detener la navegación y varios activistas han renunciado a la misión al criticar el enfoque y los integrantes de la misma. Este viernes, el barco en el que navegaba la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, el Familia, ha tenido que amarrar por una rotura del motor. Una veintena de personas ha sido reasignada a otras embarcaciones, pero se desconoce qué ocurrirá con el material que transportaba.
La cuestión de la entrega de ayuda a la población de Gaza ha representado desde el comienzo de la misión una prioridad para los integrantes de la flotilla. Así lo mencionan y recuerdan en todos sus comunicados y mensajes de las redes sociales. Sin embargo, ante la ausencia de datos oficiales sobre la cuantía real de estas ayudas a día de hoy, y ante la falta de una respuesta oficial a las preguntas enviadas por THE OBJECTIVE, se puede concluir que en cuanto a las cantidades reales, la aportación de la flotilla es más bien escasa.
20 toneladas por camión
Aun asumiendo que la flotilla siga teniendo 250 o 300 toneladas de materiales, de llegar a Gaza su aportación equivaldría a lo que aportarían una decena de camiones de los más de 200 que entran a diario en la zona, según datos oficiales del Ejecutivo de Israel. Cada convoy almacena unas 20-25 toneladas de ayudas, y aunque las ONG piden que se duplique el número de camiones que tienen permiso de entrada, Israel sostiene que en muchos casos son las autoridades gazatíes las que no tienen capacidad para gestionar más material, y que la cuantía depende de un acuerdo con la anterior administración de Estados Unidos.
El Gobierno de Jerusalén generó una polémica internacional cuando bloqueó durante 11 semanas la entrada de estos camiones a comienzo del año, pero desde entonces los convoyes no han parado de cruzar las fronteras de Gaza. Israel recuerda que una vez dentro, es difícil asegurarse de que la organización terrorista Hamás no tome el control de los mismos. Pero niega la existencia de una crisis humanitaria, aunque reconoce la muerte de civiles durante sus operaciones militares. Y lamenta las bajas incluso en operaciones de carácter humanitario. Hace una semana murieron dos soldados en la frontera por los disparos de un terrorista escondido en un camión de ayudas procedente de Jordania.
El Gobierno de España manifestó el pasado 16 de septiembre su apoyo a la misión de la flotilla por razones humanitarias. «La Flotilla Global del Sumud ha informado sobre su objetivo de entregar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza y de concienciar sobre las necesidades humanitarias urgentes del pueblo palestino y sobre la necesidad de detener la guerra en Gaza. Estos dos objetivos, la paz y la prestación de ayuda humanitaria, junto con el respeto del derecho internacional, incluido el derecho humanitario, son compartidos por nuestros Gobiernos», rezaba una nota oficial del Ministerio de Exteriores de mediados de septiembre.
Israel niega la existencia de una crisis humanitaria en Gaza, aunque reconoce la muerte de civiles durante su operación militar dirigida a aniquilar Hamás. Y lamenta sufrir bajas incluso en operaciones de carácter humanitario. Hace una semana fallecieron dos soldados en la frontera por los disparos de un terrorista escondido en un camión de ayudas procedente de Jordania, según el comunicado oficial del Ejército de Israel.
«Corredor humanitario»
La flotilla insiste en que su objetivo es abrir un «corredor humanitario», pero queda la duda de la eficacia de su misión. Médicos sin Fronteras, por ejemplo, ya cuestionó el envío de ayudas vía aérea cuando Israel interrumpió la entrada de los camiones, explicando que ese método no tiene la capacidad de responder a las necesidades de la población. «Los lanzamientos desde el aire son notoriamente ineficaces y peligrosos. Transportan mucho menos suministro que las 20 toneladas que se pueden llevar en un camión. En este momento, dos millones de personas están atrapadas en un pequeño pedazo de tierra, que representa solo el 12% de toda la Franja. Si algo cae en esta zona, es inevitable que haya heridos. Por otro lado, si los lanzamientos aéreos caen en áreas donde Israel ha emitido órdenes de desplazamiento, la gente se verá obligada a entrar en zonas militarizadas, arriesgando una vez más sus vidas por conseguir comida», señaló la ONG en julio de este año.
La flotilla denuncia, por otro lado, ataques vía drones que asocia a una operación de Israel para impedir su entrada en Gaza. Tras publicar vídeos en los que se apreciaban explosiones en el aire (las llamadas «granadas aturdidoras») y daños en sus sistemas de comunicación, el gobierno italiano de Giorgia Meloni decidió enviar un buque militar para asistir a los barcos de la flotilla que lleven bandera italiana.
El Gobierno de Pedro Sánchez dio la misma orden a un buque de la Armada, que zarpó durante la noche del jueves con 50 miembros de la tripulación para ayudar a 40 españoles presentes en la flotilla. Sin embargo, a diferencia de España, Meloni ha tachado a los activistas de «irresponsables» y «provocadores», puesto que, en su opinión, la Global Sumud Flotilla no persigue llevar ayuda humanitaria a Gaza, sino generar una confrontación con Israel e influir en el debate político internacional.
Rechazo a un puerto seguro
Israel ha propuesto a la flotilla descargar todas sus ayudas en el puerto de Ashkelon, y de allí encargarse del traslado del material hasta Gaza. Pero los portavoces de la flotilla han rechazado esa propuesta porque dicen que no se fían del gobierno de Jerusalén. Italia entonces planteó colaborar en la entrega de las ayudas en Chipre y supervisar la entrega a la población de Gaza para evitar así un choque con las fuerzas militares israelíes, que han anunciado que no permitirán a ninguna embarcación entrar en sus aguas al haber establecido un «bloqueo militar». Los coordinadores de la flotilla han rechazado la propuesta del Gobierno italiano, y después de una última parada en Creta, se disponen a intentar entrar en las aguas de Israel y forzar una reacción del Gobierno.
Ante el envío de los buques italiano y español, el gobierno de Israel se ha mostrado «tranquilo», puesto que entiende que «estos barcos están destinados a una misión de rescate en caso de necesidad». Pero el director general de Exteriores israelí, Eden Bar Tal, sostuvo el jueves que en su opinión la flotilla pretende provocar, más que entregar ayudas. «Todo el mundo debe saber que estos pasajeros están seguros y haremos lo que sea para que así siga siendo», afirmó, y añadió: «Justo antes de comenzar esta conferencia, recibimos la respuesta negativa de la flotilla a la propuesta del Gobierno italiano, presentada hace apenas un par de días, de descargar la ayuda en el puerto de Chipre». Por lo que consideró que «el verdadero propósito» de la flotilla no es «humanitario» sino «provocar» a Israel y «servir a Hamás».
Se calcula que el buque español que zarpó en la madrugada del viernes de Cartagena necesitará tres o cuatro días para alcanzar la flotilla. Podría llegar a la zona más crítica justo cuando las embarcaciones de los activistas se acerquen a las aguas israelíes. Italia ya ha anunciado que sus buques se detendrán en ese momento, aunque Meloni ha afirmado que seguirán intentando desviar la flotilla hasta un puerto seguro para que desembarque las ayudas. España, en cambio, no ha instado de momento a la flotilla a entregar las ayudas y no entrar al choque con Israel.