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Política

Vox utiliza una cuenta anónima de Twitter para atacar a exdirigentes y rivales políticos

Un joven afiliado se esconde detrás de ‘El judío de Vox’ para denostar a Espinosa de los Monteros o García-Gallardo

Vox utiliza una cuenta anónima de Twitter para atacar a exdirigentes y rivales políticos

Fran Bouzas, el joven que se encuentra detrás del perfil 'eljudíodevox', y Santiago Abascal. | Cedida.

Era uno de los secretos mejor guardados de Vox… hasta ahora. Una cuenta anónima, muy activa en redes sociales, que responde al pseudónimo @eljudiodevox. Es el azote de todos los exdirigentes del partido, a los que ataca con crudeza. Tiene una especial fijación con Iván Espinosa de los Monteros y Juan García-Gallardo, entre otros, así como con Alvise Pérez, el líder de Se Acabó La Fiesta (SALF) y uno de los principales rivales políticos del partido que preside Santiago Abascal. Según ha podido confirmar THE OBJECTIVE, detrás de la cuenta está Fran Bouzas, un joven afiliado que tiene constante interlocución con el entorno político de Abascal.

En coordinación con la cúpula de Vox, Bouzas se ha dedicado a organizar auténticas campañas de desprestigio, cuando no de extorsión y/o amenazas, contra los rivales políticos de Vox. Comenzó con Pérez en el marco de la campaña a las elecciones europeas de 2024, convirtiéndose en un quebradero de cabeza para el dirigente antisistema. Aún lo sigue siendo a día de hoy, cuando le recuerda con cierta frecuencia que no dona su sueldo, como prometió antes de ser elegido eurodiputado.

Desde hace un tiempo, tiene fijación con Iván Espinosa de los Monteros. De hecho, casi todos sus últimos tuits están dirigidos contra el exportavoz parlamentario, acusándole de falsificar su currículo o de servir al PP. «Presume en su currículum de haber trabajado en la consultora McKinsey. En realidad estuvo dos semanas de un verano durante la carrera, como becario, llevando cafés», afirmó El judío de Vox en un mensaje en X. En otro, tildó a Espinosa de «mascota de Aznar».

El joven afiliado ha dejado de publicar en las últimas dos semanas ante la sospecha de que iba a ser doxeado (un neologismo que se emplea como sinónimo de «destapado»). «Está en pánico esperando el destape», afirma una persona de su entorno a este medio. Todas las alarmas le saltaron cuando Juan García-Gallardo le llamó por su nombre de pila en respuesta a un tuit en el que le atacaba con otra de sus cuentas: «Fran, eres demasiado joven para venderte tan barato y de una manera tan miserable a un chiringuitero arruinabares que te va a pisar como una colilla cuando dejes de servirle para hacer el trabajo sucio en redes sociales». Desde entonces, Bouzas guarda un silencio que contrasta con su histórica actividad en la antigua Twitter.

Su obsesión con los exdirigentes coincide con la ofensiva contra ellos de Bambú, 12, la sede nacional. Tal y como contó este diario, Santiago Abascal viajó ex profeso hasta Roma para visitar a Giorgia Meloni cuando se enteró de que Espinosa de los Monteros iba a participar en un acto de ECR. García-Gallardo también preocupa por sus últimas críticas en las redes sociales contra Abascal. Además, Vox sospecha que está tratando de articular un partido que atraiga a los jóvenes. «Tiene la consigna desprestigiar a los cargos díscolos», explican las fuentes que conocen al militante que escribe los tuits en ese canal anónimo. También ha arremetido contra Malena Nevado, Víctor Sánchez del Real y Macarena Olona, así como contra los díscolos de Vox que se reunieron en Madrid el pasado mes de febrero, a los que tildó de «despechados».

Asiduo a los actos

Fran Bouzas estudió Derecho en la Universidad de Navarra entre 2021 y 2025. En su primer año en su alma mater comenzó a colaborar en las juventudes de Vox. Ahora estudia un máster de Relaciones Internacionales en la Johns Hopkins SAIS (2025-2027) y es un asiduo a los actos internacionales del partido. De hecho, se fotografió en el Viva 25 de Vox que se celebró el pasado mes de septiembre en el Palacio Vistalegre junto a otros jóvenes insignes del partido, como Arturo Villa, Pablo Gasca y Julia Calvet.

Y es que El judío de Vox no es una anécdota, sino una muestra del modus operandi de Vox. Sus dirigentes hacen como que ignoran a sus ex en público, pero se encargan de desprestigiarlos en redes sociales a través de un ejército de cuentas anónimas, algunas de ellas a sueldo, aunque otras son de afiliados a los que se les ha dado la consigna de mantener una «unidad estratégica digital» para «responder a las ofensas mediáticas».

THE OBJECTIVE se ha puesto en contacto con Bouzas para preguntarle por su vinculación con la citada cuenta anónima. El joven afiliado de Vox ha negado estar detrás de ella: «Desconozco quién tiene esa cuenta, pero sé que no soy yo», ha indicado a este periódico. Sin embargo, tres fuentes de máxima solvencia, que tienen acceso a los detalles, confirman la información. Uno de ellos plantea que esta cuenta de X pueda oscilar en torno a varios jóvenes, pero ubica a Bouzas entre ellos.

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