Sánchez recibirá también al presidente de Argelia tras la cumbre con Marruecos
El Gobierno elige este martes nuevo embajador en Argel y prevé la visita de Abdelmayid Tebune durante diciembre

Pedro Sánchez en su última visita oficial a Argelia en 2020. | Pool Moncloa
En el delicado tablero de la geopolítica del Magreb, el Gobierno de Pedro Sánchez quiere llevarse bien con los dos rivales regionales, Marruecos y Argelia, en un momento crucial para el contencioso del Sáhara tras la última votación en el Consejo de Seguridad de la ONU. Por ello, el jefe del Ejecutivo tiene previsto recibir en Madrid al presidente argelino, Abdelmayid Tebune, en diciembre justo después de la XIII Reunión de Alto Nivel con su homólogo marroquí, Aziz Ajanuch, que se celebrará este miércoles y jueves en Madrid, según adelantan fuentes diplomáticas a THE OBJECTIVE.
El Gobierno tiene previsto aprobar este martes en el Consejo de Ministros el nombramiento de Ramiro Fernández Bachiller como nuevo embajador en Argelia en sustitución de Fernando Morán Calvo-Sotelo, hijo del exministro socialista en tiempos de Felipe González y que el próximo 12 de diciembre cumplirá 70 años, la edad de jubilación para los diplomáticos. Un trámite previo al anuncio oficial de la visita de Tebune a España.
Fernández Bachiller es un veterano diplomático que desde mediados de 2022 dirige la embajada española en Polonia. Nacido en Madrid el 26 de abril de 1962, su próximo destino en Argel será previsiblemente el penúltimo en su trayectoria como diplomático. Licenciado en Derecho con especialidad en Derecho Público por la Universidad de Sevilla, ingresó en la carrera diplomática en febrero de 1989. Ha sido también embajador de España en Rumanía y Gabón, por lo que el país magrebí será su cuarto nombramiento en el exterior que aparezca en el BOE. Junto a Fernández Bachiller, se espera también el nombramiento de Enrique Mora, mano derecha de Josep Borrell en Bruselas durante los cinco años de este último como alto representante, como nuevo embajador en Suiza, indican las citadas fuentes.
Tebune nunca ha estado en España desde que llegó al poder en diciembre de 2019. Sánchez, por su parte, viajó a Argel en octubre de 2020 antes de la crisis diplomática con Marruecos por el caso Ghali y de su posterior giro diplomático con el Sáhara a iniciativa de Rabat. En el desplazamiento a la capital argelina, Moncloa coló a un empresario clave en la trama Ábalos: el constructor valenciano José Ruz se subió al avión del presidente junto a una delegación en la que iban altos directivos del Ibex 35, según reveló este diario en julio de este año.
Argelia ha vivido semanas de inestabilidad interna tras la polémica fuga del exjefe de la contrainteligencia argelina (DCSI) el general Abdelkader Haddad. Se especuló con su huida a España en una lancha rápida como las que se utilizan para la inmigración ilegal. Todo ello tras abandonar, con la ayuda de militares afines, el arresto domiciliario en el que se encontraba. La DCSI se encarga de la inteligencia interna argelina y es la rama más importante de los servicios secretos del país.
Haddad, conocido con el alias de Nasser Djenn, fue ascendido al rango de general hace cuatro años después de regresar de España, a donde había huido previamente en 2018 tras las purgas llevadas a cabo por el general asesinado Gaid Salah. Inicialmente, fue destinado al centro de tortura conocido como Centro Antar, en el corazón del exclusivo barrio de la capital, y en junio de 2024, fue nombrado jefe de la DCSI.
Sin embargo, fuentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) precisan a THE OBJECTIVE que no existe constancia de la presencia de Haddad en territorio español. En todo caso, el relevo del embajador Morán Calvo-Sotelo se produce en un momento especialmente delicado para Argelia, con el presidente enfrentado al poderoso jefe del Estado Mayor argelino, Said Chengriha, y tras su derrota política en la ONU en la cuestión del Sáhara.

Las relaciones comerciales entre España y Argelia se normalizaron el año pasado, tras 28 meses de crisis diplomática y 3.200 millones de euros de pérdidas para las empresas. El final del veto argelino a las empresas españolas supuso un nefasto balance para estas últimas: las exportaciones a Argel pasaron de 1.900 millones en 2021 a 330 en el año 2023.
En total, las empresas dejaron de exportar productos por un valor equivalente a 3.200 millones de euros, es decir, la diferencia entre el último año de normalidad económica (en 2021) y los saldos comerciales de años posteriores y de los primeros ocho meses de 2024. En 2021 se exportaron productos a Argelia por 1.888 millones de euros, cifra que se hundió en 2022 –con seis meses de bloqueo– hasta los 1.017 millones, y a los 332 millones en 2023, el dato más bajo de la serie histórica. Pese al nuevo clima, no se ha recuperado entre ambos países el ritmo de intercambios comerciales previo al giro de Sánchez a la hora de reconocer la autonomía marroquí del Sáhara, dejando a un lado la histórica neutralidad española en el conflicto.
El principal foco de tensión entre Madrid y Argel ha sido la presión migratoria sin precedentes desde las costas argelinas hacia Baleares durante el verano. De junio a septiembre, cuando el clima es más benigno para navegar, llegaron a Canarias 1.900 personas a bordo de 34 pateras, frente a las 3.900 que arribaron a las costas baleares en 224 embarcaciones que salieron de Argelia, según los cálculos elaborados por THE OBJECTIVE a partir de los datos que recoge el Ministerio del Interior. Es decir, Baleares ha recibido durante ese periodo de tiempo el doble de inmigrantes –un 105,26% más– que las Islas Canarias. Ocurre lo mismo con el número de cayucos: en el caso balear han sido seis veces más los que han llegado hasta Formentera, Ibiza y Mallorca.
Agilizar la concesión de visados
¿Por qué Argelia mira hacia otro lado ante la avalancha de pateras que salen de su país? Fuentes diplomáticas consultadas por THE OBJECTIVE indicaron a finales de agosto que ello se debía a una actitud más laxa de las autoridades del país magrebí en la lucha contra las mafias para presionar así a España y que agilice la concesión de visados a sus ciudadanos.
El problema de fondo se encuentra en la lentitud con la que los consulados españoles en Argelia –los de Argel y Orán– expiden visados a los argelinos que quieren viajar a España por motivos laborales o de turismo. En la actualidad, el visado es obligatorio tanto para los españoles que deseen viajar a Argelia –a diferencia de la situación con Marruecos– como de forma recíproca. No existe la modalidad de visado en frontera, por lo que si una persona llega a Madrid o Argel sin este documento, es obligada a regresar a su país de origen en el siguiente vuelo disponible.
El Gobierno argelino se ha quejado en los últimos meses de que las autoridades españolas han estrangulado la concesión de visados para sus ciudadanos. El Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, constató en su última comparecencia en el Congreso el elevado número de quejas recibidas en cuanto a la obtención de citas para visados en los consulados de Argelia y Marruecos, que solo pueden obtenerse por vía telemática, lo que llevó a esta institución a formular recomendaciones al Ministerio de Asuntos Exteriores para que se adopten medidas que subsanen el problema.
Desde Madrid también existe malestar por el hecho de que Argel deniega de forma sistemática la entrada en el país magrebí a españoles de origen marroquí, con el argumento de que pueden ser potenciales espías a sueldo del Reino alauí. Esta especie de veto recíproco de visados ha provocado que Argelia abriese durante el verano el grifo de la inmigración ilegal hacia Baleares como toque de atención al Gobierno de Sánchez. Y no fue el único aviso. El nuevo cónsul español en Argel, Gauden Villas, estuvo varias semanas sin poder trabajar en su demarcación consular porque no le llegó el exequator o plácet de las autoridades argelinas hasta mediados de septiembre. Ante el silencio argelino, tuvo que desplazarse al país magrebí con su pasaporte diplomático tras su nombramiento en julio y sin el visado correspondiente por su condición de cónsul. Todo ello en represalia por la misma actitud que había tenido Exteriores con el último cónsul argelino que llegó a Barcelona.
Argel no acepta devoluciones
Argelia había sido hasta hace poco una pieza clave en la política española de gestión de los flujos migratorios provenientes de África. Ha existido una cooperación durante años entre ambos países que ha permitido mantener en cifras bajas la inmigración irregular procedente del país magrebí que llegaba a las costas españolas, pero esa colaboración terminó a raíz del giro de Sánchez con el Sáhara. Con la mencionada crisis diplomática entre ambos países, Argel dejó de aceptar las devoluciones de inmigrantes irregulares desde España y «con ello abrió una espita para un crecimiento descontrolado de la migración», según analizó recientemente el Real Instituto Elcano. «El riesgo es no solo un aumento sustancial de salidas de inmigración argelina, sino una reconfiguración de las rutas de migración subsahariana que ahora entran en Marruecos pasando por el sur de Argelia», advirtió este think tank español.
España no ha sido hasta ahora un destino importante para la emigración argelina, ya que esta última ha estado siempre orientada hacia Francia como resultado de la previa relación colonial y el conocimiento del francés entre su población. Unos 70.000 inmigrantes nacidos en Argelia están empadronados en España –sobre todo en Alicante, Zaragoza y Barcelona–, una cifra menor en comparación con el millón de personas de la comunidad marroquí.
