Un Jeep, una VISA Oro y 60.000 euros en préstamos: así engañó el ‘estafador del amor’ a una de sus exparejas
Se conocieron por medio de una página de contactos en Internet. Para ella, su relación ha acabado siendo un infierno.Para él, era la de «una pareja al uso». Ciertamente, la usaba. Aprovecharse de las mujeres es la práctica habitual del ‘estafador del amor’, sobrenombre de Albert Cavallé, que acaba de ser condenado por la Sección 6ª de la Audiencia de Barcelona a tres años y medio de prisión por un delito continuado de estafa a la que fue su pareja: una más en su historial de relaciones con el único propósito de obtener dinero de forma ilícita.
Una veintena de mujeres lo han denunciado en los últimos años por la misma práctica: el ‘estafador del amor’ las embaucaba y aprovechaba esa relación de confianza para enriquecerse. Cavallé ha sido juzgado ya en siete ocasiones, pero solo en tres de los casos ha resultado condenado. En los otros cuatro procedimientos, el ‘estafador del amor’ ha resultado absuelto y ha mantenido su inocencia, asegurando que las víctimas actuaban de forma voluntaria.
Cavallé no ingresó en prisión porque la ejecución de las penas estaba suspendida a condición de que no delinquiera nuevamente. El pasado mes de octubre volvió a ser juzgado por haber estafado casi 60.000 euros a una mujer a la que tendrá que indemnizar con 70.000 euros por los daños ocasionados. La víctima tuvo que someterse a tratamiento psicológico para sobrellevar la situación a la que llegó.
Un «propósito depredador»
La víctima declaró en el juicio que le dio dinero a su pareja sentimental «por la presión (que ejercía Albert) y porque si no lo hacía pasarían cosas peores». Explicó que el acusado le contó que tenía las cuentas bloqueadas porque habían embargado la empresa de su padre y le prometió que le devolvería el dinero en cuanto pudiera. Según el fallo, ella reconoció «bajó la guardia y se creyó la situación de necesidad económica que le pintó Albert».
La sentencia detalla todos los movimientos de dinero y préstamos que le hizo la víctima. Bajo la amenaza de que podía ir a la cárcel, la mujer firmó préstamos bancarios creyendo que el acusado se los devolvería. Además, Cavallé suscribió varios préstamos a sus espaldas en diversas entidades bancarias clásicas y usó la documentación de la víctima para solicitar microcréditos a través de Internet a empresas con intereses de dudosa legalidad. Incluso contrató por teléfono -en nombre de ella- una VISA Gold y solicitó una nueva tarjeta Avant Card y una ampliación del crédito.
Llegó a apropiarse de un Jeep Cherokee que pagó la mujer y que logró inscribir como suyo en la Dirección General de Tráfico presentando una factura de compra falsificada en la que se puso como titular. De acuerdo con la sentencia, consultada por THE OBJECTIVE, el ‘estafador del amor’ financió la compra del Jeep con un préstamo a nombre de la víctima. «Visto el importe del préstamo de financiación y el precio del vehículo», el fallo niega la veracidad del testimonio de Cavallé «respecto a que aportó 4.000 euros procedentes de la venta de un Volswagen Golf por más que se haya documentado su venta, aunque sea en forma relativa ya que la adquirente denunció al acusado por no facilitar el cambio de titular».
El ‘estafador del amor’ también le robó el móvil, su portátil y un televisor a la víctima para venderlos en Wallapop
Pese a todos los hechos que da por probados la sentencia, el condenado «presenta su relación como la propia de una pareja al uso»: «Dice que llevaban un elevado tren de vida y que ambos contribuían económicamente», sostiene el fallo, que no da «ningún viso de credibilidad» a Albert Cavallé. «La contundencia de la documental no deja resquicio a la duda. El acusado no se endeuda en ningún momento. Por el contrario, bajo el pretexto de sus dificultades económicas, consigue que la Sra. VVV suscriba préstamos en un lapso temporal muy corto; suplanta su personalidad; hace reintegros y transferencias a su cuenta de fondos de aquella; y llega a conseguir que VVV financie la compra de un vehículo, cuya adquisición gestionó él y que puso a su nombre».
Hay más: también le robó el móvil y lo vendió en Wallapop, lo mismo que hizo con su ordenador portátil y un televisor. Todo ello lleva a la Audiencia de Barcelona a concluir que Cavallé tenía un «propósito depredador» desde el primer momento.