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Tribunales

La Fiscalía filipina desarma la versión de los policías que mataron al surfista Diego Bello

Detalla las inverosimilitudes de sus declaraciones juradas y concluye que los tres agentes «elaboraron un escenario manipulado» para «ocultar la verdad»

La Fiscalía filipina desarma la versión de los policías que mataron al surfista Diego Bello

El empresario gallego Diego Bello, asesinado en Filipinas en 2020 | RRSS

La Oficina Nacional de Investigación de Filipinas (NBI, por sus siglas en inglés) ha vuelto a desmontar de forma rotunda la última declaración jurada de los tres agentes de Policía acusados de matar al empresario y surfista gallego Diego Bello en enero de 2020 y ha insistido en su petición de que se les juzgue por delitos de homicidio, falsificación de pruebas y perjurio.

Así consta en un reciente escrito enviado al Consulado de España en Manila, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. El NBI concluye que el capitán Wise Vicente Panuelos y los sargentos Ronel Palacio y Nido Boy Cortes «crearon un montaje y elaboraron un escenario manipulado» para «ocultar la verdad». Además, detalla las inverosimilitudes detectadas en las declaraciones juradas aportadas por los agentes a la Justicia filipina el pasado 11 de noviembre. 

Los investigadores señalan que el último testimonio de los acusados «no aporta ninguna cuestión» que merezca cambiar su situación judicial y «son una mera repetición» de las declaraciones que hicieron durante el transcurso de la investigación, adelantada por este diario el pasado mes de octubre, y tras la cual el propio NBI concluyó que Diego Bello fue víctima de una conspiración policial para acabar con su vida y hacer creer que era un peligroso narcotraficante.

Excanterano del Deportivo de La Coruña y amante del surf, el joven empresario gallego de 32 años se había afincado en un paradisiaco municipio de las Islas Siargao, donde regentaba un bar, un restaurante y una tienda de surf en los que daba empleo a 25 personas, según fuentes cercanas a la familia.

Un casquillo de bala, clave para desmontar su versión 

En el escrito enviado al Consulado español y al Departamento de Justicia de Filipinas, fechado el 26 de noviembre, el NBI se centra especialmente en un elemento clave para desmontar la versión de los acusados y demostrar que fabricaron pruebas. Los tres agentes, que afirman que estaban desarrollando una operación encubierta para detener a Diego Bello a las puertas de su casa por presunto tráfico de drogas, aseguran que el empresario español les disparó mientras trataba de huir para evitar su arresto. 

Según el NBI, los acusados «afirman al unísono que después de saltar al otro lado de la valla perimetral (de la vivienda), Diego realizó el último disparo» y que «de forma inmediata se trasladaron al otro lado de la valla», donde vieron al empresario español tendido en el suelo. «En ese momento dejaron de disparar por instrucciones del capitán Palacios. Afirman que para garantizar su seguridad se acercaron en posición táctica al lugar donde Diego estaba tendido, y que allí le encontraron ensangrentado y con una pistola en su mano», prosigue el escrito. 

«Conviene enfatizar que la versión de los acusados sería creíble si el NBI no hubiese encontrado en la parte contraria de la valla (hacia donde Diego habría efectuado los disparos, según el testimonio de los agentes) una perforación correspondiente a un impacto de bala de un casquillo del calibre 9 milímetros encontrado bajo el suelo, que coincide y que fue disparado con el arma del capitán Cortés, halladas ambas pruebas en la zona donde fue encontrado el cuerpo de Diego», indica el escrito. 

«Esta Oficina no encuentra ningún motivo o razón para creer que ellos pararon de disparar y que Diego efectuó el último disparo, sino que crearon un montaje y elaboraron un escenario completamente manipulado para ocultar la verdad», concluye el último escrito del NBI. 

El juicio será en 2022

El abogado Guillermo Mosquera, que representa a la familia de Diego Bello, informa de que el Consulado español en Manila ya ha contratado un bufete filipino para hacerse cargo del caso durante el juicio, que podría desarrollarse a lo largo del primer semestre de 2022 . Tras la réplica del NBI a la declaración jurada aportada por los tres agentes, los acusados tienen plazo para presentar una contrarréplica antes de que se judicialice el caso y de que se puedan presentar cargos formalmente para solicitar su ingreso en prisión.

En un informe de 39 páginas fechado en septiembre, el NBI concluyó que Diego Bello iba desarmado cuando los agentes de Policía de Filipinas acabaron con su vida, durante la madrugada del 9 de enero de 2020 en la provincia de Surigao del Norte. Le propinaron seis disparos en distintas partes del cuerpo frente a la puerta de su casa. Uno de ellos lo recibió detrás de la oreja izquierda y quien disparó lo hizo a poca distancia, según el resultado de los análisis forenses. 

En contra de la versión ofrecida por los agentes ahora acusados, Bello nunca apuntó contra ellos y las drogas y el arma que aparecieron en el lugar de su muerte fueron «sembradas» en el lugar del crimen por los mismos policías que le mataron para justificar su crimen, aseguraba el NBI en su informe. Los investigadores llegaron a la conclusión de que el joven gallego fue víctima de una conspiración deliberada y orquestada por esos tres policías, que habrían manipulado a su antojo la escena del crimen tras haber hecho un uso excesivo de la fuerza contra la víctima. A pesar de que los acusados han reiterado su versión durante las declaraciones juradas aportadas hace tres semanas, el NBI mantiene sus conclusiones iniciales y pide que se les juzgue por homicidio, fabricación de pruebas y perjurio.

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