El Constitucional rechaza el recurso y obliga a la revista 'Mongolia' a indemnizar a Ortega Cano
La publicación ha anunciado que llevará el litigio con el matador a las instancias internacionales para «blindar el derecho a la sátira en España»
La batalla judicial entre Mongolia y el matador José Ortega Cano suma un nuevo capítulo. El Tribunal Constitucional ha rechazado el recurso de amparo presentado por los abogados de Editorial Mong, SL, empresa editora de esta revista, con el que buscaban revertir la condena firme del Tribunal Supremo y no tener que indemnizar al torero con 40.000 euros por vulneración del derecho de honor.
En el origen de la denuncia está la difusión de un fotomontaje satírico en el que se mostraba a Ortega Cano estrellando un platillo volante y varias botellas de alcohol dispersas al lado suyo, una referencia clara al accidente de tráfico bajo los efectos del alcohol que tuvo en 2011 y que se saldó con una víctima mortal.
Según aseguran los responsables de la revista en su propia web, la negativa del Constitucional a reabrir el caso era esperada, ya que «el Alto Tribunal esquiva por sistema entrar en el fondo de las sentencias firmes del Tribunal Supremo y solo acepta la mera toma en consideración en una ínfima parte de los recursos presentados y cuando considera que el tema no ha sido jamás abordado, ni siquiera de forma genérica».
El rechazo del recurso supone, en cualquier caso, el fin de la causa en España, aunque no la finalización del proceso. Los responsables de la revista satírica ya han anunciado que llevarán el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), ya que consideran que la difusión de la viñeta satírica está «muy claramente amparada por la jurisprudencia europea». En este sentido, aseguran que «de lo que se trata es de ayudar a fijar un marco jurídico que facilite el ejercicio de la libertad de expresión y en particular de la sátira en España, en línea con las democracias occidentales».
«Las sucesivas sentencias judiciales ignoran por completo tanto el marco satírico del proyecto como que la viñeta se concibiera como elemento de crítica hacia hechos ciertos fácilmente comprobables. Los jueces se limitaron a encasillarla como si se tratara de publicidad comercial de cualquier empresa sin relación ni con el periodismo ni con la sátira» denuncian desde Mongolia. «Y ello a pesar de que incluso el fin comercial de las viñetas satíricas está perfectamente amparada por varias sentencias del TEDH en el caso de personajes públicos, descartando expresamente que se vulnere su derecho al honor y a la propia imagen», concluyen.
La revista ha anunciado que llevará a cabo una nueva campaña de recogida de fondos, que se lanzará en los próximos días y con la que se propone recaudar 15.000 euros para poder llevar la causa a las instancias internacionales. La intención es que, con esa cantidad, no solo se cubran los costes de abogados, sino también la edición de un libro sobre la libertad de expresión y de impresión, que ponga la causa de Ortega Cano en el centro.