Un defecto formal evitó que Falange llevara en sus listas al autor de la matanza de Atocha
La formación tampoco pudo subsanar errores en Barcelona y San Sebastián. Concurrirá en 19 municipios «por las trabas de la burocracia y la irrupción de Vox»
Un defecto de forma. Ese es el motivo que impedirá a Carlos García Juliá, uno de los autores de la matanza de Atocha, ser candidato a la alcaldía de Bilbao el 28-M. La lista de Falange en la capital vasca contenía nombres que ya aparecían en otras candidaturas, un escenario que prohíbe el artículo 46 de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (Loreg). La formación no pudo subsanar los errores, como tampoco pudo hacerlo en Barcelona, Vitoria o San Sebastián. Concurrirá en 19 municipios y tres regiones, una cifra inferior a la de hace cuatro años «por las trabas burocráticas y la irrupción de Vox».
Falange, que carece de representación en toda España, había incluido en la candidatura de Bilbao a tres personas que ya aparecían en la lista de esta misma formación en Málaga: Noelia Castillejo Calderón, María Gracia Bello Ruiz y Mónica Agudo Castillo. Al retirarlas, se quedaron sin suficientes integrantes para conformarla, así que renunció a pugnar por la capital vasca.
Cuando el pasado 2 de mayo la Junta Electoral de Vizcaya no proclamó la lista de Falange en Bilbao muchos ciudadanos respiraron aliviados. La posibilidad de que García Juliá encabezara la lista de Falange había irritado a buena parte de la sociedad española. Una situación similar a la que ha causado que 44 integrantes en las listas de Bildu tengan condenas por pertenecer a ETA. El candidato fue castigado en 1980 a 193 años de prisión por cinco asesinatos durante la Transición.
La defensa de Falange
Con apenas 22 años, García Juliá fue uno de los pistoleros que subió a un despacho de abogados laboralistas de Madrid en busca de un dirigente del PCE, aún en la clandestinidad. Como no lo encontraron, abrieron fuego contra los presentes. En ese lugar trabajaba una joven Manuela Carmena, que salvó la vida porque había trasladado su reunión a una oficina cercana.
García Juliá cumplió 14 años de cárcel. En 1994 aprovechó la libertad condicional de la que disfrutaba para fugarse a Paraguay. Reapareció años más tarde en Bolivia, donde fue encarcelado por financiar a grupos paramilitares y por tráfico de drogas. Tras más de dos décadas huido, fue extraditado por Brasil en febrero de 2020, y tras unos meses de prisión en España su defensa consiguió que le concedieran la excarcelación tras aplicarle los beneficios penitenciarios que consiguió en los noventa.
Falange defiende la candidatura de García Juliá porque los hechos «sucedieron hace casi 50 años (…) en un contexto de violencia política generalizada, con constantes atentados de las bandas terroristas de la ultraizquierda y el separatismo». La formación destacó en un comunicado que el autor de la matanza de Atocha «pidió perdón hace muchos años, cumplió con la justicia y está hoy plenamente resinsertado en la sociedad, a diferencia de muchos de los terroristas de ETA».
«Lo que sucede con ellos (los candidatos de Bildu) es que no han pedido perdón y no sé si han cumplido las penas», afirma el portavoz de Falange. Que casi medio centenar de antiguos etarras concurran a las elecciones ha desatado revuelo mediático, aunque los afectados y otras fuerzas políticas han subrayado que tienen derecho a formar parte de las candidaturas porque han saldado sus deudas con la justicia y ETA anunció su disolución total hace cinco años.
Las listas de Bildu
El artículo 9 de la Ley de Partidos permite ilegalizar a aquellas organizaciones que lleven terroristas en sus listas. Concretamente, a condenados por delitos de terrorismo que «no hayan rechazado públicamente los fines y los medios terroristas». Los expertos rechazan que esta fórmula sirva para evitar que Bildu incluya en sus listas a 44 condenados por pertenecer a ETA. La norma tampoco sería aplicable a la candidatura que encabeza García Juliá, aunque no ha hecho falta.
Heras explica a THE OBJECTIVE que se encontraron con que algunas personas que conformaban la lista en Bilbao «ya estaban incluidas en otras candidaturas» y que no les dio tiempo a solucionarlo. «Existen muchas pegas burocráticas. Los grandes partidos tienen mecanismos, pero a los pequeños nos cuesta». No obstante, las posibilidades de que García Juliá saliera elegido eran ínfimas. Hace cuatro años encabezó la lista Jesús Fernando Fernández Gil, uno de los condenados por el asalto al centro Cultural Blanquerna en Madrid. Apenas obtuvo 41 votos.
Falange no presentará candidaturas en ninguna de las tres capitales vascas, como era su intención. En San Sebastián encabezaba Martín Sáenz de Ynestrilllas, hermano de un procesado por el asesinato en 1989 del diputado abertzale Josu Muguruza, mientras que en Vitoria el candidato a la alcaldía era Norberto Pico Sanabria, jefe nacional de la Falange desde 2021. No son las únicas desilusiones. Tampoco han podido conformar una candidatura en Barcelona.
El 28-M estarán en 19 municipios (Madrid, Sevilla, Valencia, Málaga o Valladolid entre ellos) y tres comunidades autónomas (Madrid, Castilla-La Mancha y Murcia). Son algunas candidaturas menos que las que presentaron hace cuatro años. Heras explica que es fruto de «las trabas burocráticas y la irrupción de Vox», aunque aclara que no tienen nada que ver con la formación que preside Santiago Abascal, quienes «se apoderan de nuestra estética y nuestros fundadores, pero son capitalistas».
«Creemos en la utopía»
«Somos conscientes de que somos una minoría, pero creemos en la utopía», subraya Heras. En la misma línea se mostraron los líderes de Falange a finales de abril en la presentación de candidaturas, cuando aún faltaban algunos días para la decisión de las juntas electorales. Manuel Andrino, que no puede ser candidato porque también está condenado por el asalto a Blanquerna, denunció que «el régimen del 78 hace todo lo que puede para que no presentemos candidaturas».
Pico Sanabria, candidato a la Comunidad de Madrid (y de Vitoria, por lo que solo salió adelante la primera lista) indicó que el municipalismo es una de «nuestras señas de identidad, uno de los pilares ideológicos de Falange». Aunque aspira a ser presidente autonómico recordó que la intención de su formación es eliminarlas. Además, criticó que se financiara el aborto con dinero público: «Las leyes injustas, ilegítimas, hay que desobedecerlas».