Tequila, Garzón y Delgado: la fiesta que Pedraz ocultó a la Fiscalía en pleno 'caso Moreira'
El juez Pedraz, que investigaba por blanqueo entonces a un líder del PRI mexicano, asistió a una comida con un alto cargo de Peña Nieto invitado por Baltasar Garzón
Empezó como una comida entre amigos y terminó siendo una fiesta mexicana en Madrid, con tequila y música de ese país en sus más variados estilos. La lista de reproducción musical fue tan variopinta que al entonces comisario de la Policía Nacional Enrique García Castaño, alias El Gordo, le llegarían a dedicar una célebre canción de la folclórica mexicana Paquita la del Barrio: «Rata de dos patas». Más tarde, según ha podido saber THE OBJECTIVE por el testimonio de fuentes presentes en aquella reunión, llegarían los narco corridos; un género que usa los tradicionales ritmos mariachis a nivel instrumental, pero cuyas letras están dedicadas a ensalzar la figura de destacados líderes de los cárteles mexicanos dedicados al narcotráfico.
El evento empezó poco antes de las 14.30 horas del 10 de febrero de 2015 y se prolongaría durante al menos cuatro horas, según información a la que ha tenido acceso este diario. En la comida estaba el juez Santiago Pedraz y también al máximo responsable del Servicio de Administración Tributaria (SAT) de México, Guillermo Valls. Junto a ellos, según la foto desvelada por este diario, figuraban la fiscal Dolores Delgado, el exjuez Baltasar Garzón y los excomisarios de la Policía Nacional Enrique Barón y García Castaño. El testimonio de uno de los asistentes al evento revela además la presencia de otras personas de ambas nacionalidades y de Estados Unidos. También precisa hasta las marcas de tequila que consumieron: Herradura y José Cuervo. En su versión «premium».
El encuentro carecería de relevancia pública si no fuese porque, en las mismas fechas en las que se producía aquella comida, el juez Pedraz estaba investigando desde hacía casi un año por presuntos delitos de blanqueo de capitales y organización criminal a Humberto Moreira. Este último había sido entre marzo y diciembre de 2011 presidente del PRI mexicano, el partido con el que Enrique Peña Nieto fue presidente de México entre 2012 y 2018. Anticorrupción y la fiscalía de EEUU decían tener indicios de que Moreira colaboraba presuntamente con el sanguinario cártel de Los Zetas en actividades relacionadas con el blanqueo de capitales.
Garzón y el caso Moreira
Moreira sería detenido en Madrid unos meses después de aquella comida, el 15 de enero de 2016. Un socio del despacho de Garzón llegó a personarse como abogado defensor de Moreira, según informan fuentes jurídicas a este diario. La Fiscalía se opuso por los «vínculos de amistad» entre Garzón y Pedraz. Tras ser enviado a prisión por el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, en funciones de guardia, Pedraz dejaría libre a Moreira unos días después y archivaría el caso unas semanas más tarde al entender que las pruebas aportadas por Anticorrupción y Estados Unidos no eran suficientes para acreditar el blanqueo ni su supuesta pertenencia a Los Zetas.
Fuentes cercanas al juez Pedraz aseveran que el magistrado no recuerda haber participado en ninguna comida con un alto cargo de México mientras investigaba a Moreira y que jamás habló de ese caso con ningún funcionario mexicano. Añaden que «si participó en la comida lo haría invitado por un amigo y sin tener constancia» de quién era Guillermo Valls, a quien el magistrado afirmaría desconocer a pesar de que fue durante cinco años (2005-2010) ejerció como enlace de la fiscalía mexicana para toda Europa en la embajada de ese país en Madrid. En todo caso, agregan desde el entorno de Pedraz, su presencia habría sido breve, solo para saludar, y se habría ido inmediatamente después de comer sin participar en ningún ambiente festivo.
Fuentes diplomáticas confirman que durante su época en la Embajada Valls estrechó relaciones con jueces, fiscales y policías entre los que se encontrarían Baltasar Garzón y Fernando Andreu. De hecho, aquella comida de la que Pedraz nunca informó a los fiscales de Anticorrupción que llevaban el caso, se organizó porque a Baltasar Garzón le negaron el acceso a un acto en el complejo policial de Canillas aquel día en honor de Valls. La Policía Nacional condecoró al funcionario mexicano con la medalla de la Cruz Blanca al mérito policial en reconocimiento a la excelente colaboración que se había alcanzado en materia antiterrorista entre México y España con él como representante de la fiscalía mexicana en nuestro país.
Baltasar Garzón y México
Según revelaría el propio Garzón al día siguiente en un audio grabado por el comisario jubilado José Manuel Villarejo, el entonces director de la Policía Nacional, Ignacio Cosidó, vetó su entrada a la entrega de la medalla a Valls. Y eso a pesar de que la Embajada de México había cursado una invitación formal a Garzón para que estuviese en el acto. Fuentes policiales cercanas a Cosidó confirman a este diario que se le denegó el acceso al acto por razones de protocolo y que, como protesta, otros jueces y fiscales de la Audiencia Nacional con permiso para asistir acabaron declinando acudir a la ceremonia en solidaridad con Garzón.
Todos ellos acabarían comiendo juntos después de la ceremonia policial en una reunión de carácter privado celebrada con mandos de la Policía a espaldas de Cosidó, según confirma la foto que publica este diario y el testimonio de uno de los participantes en la reunión. Desde el entorno del juez Pedraz aseguran que no tiene relación de amistad ni de ningún otro tipo con Guillermo Valls. Añaden que no sabe quién es y que si coincidió alguna vez con él no es consciente de que ocupase un alto cargo en el gobierno de Peña Nieto. Apostillan, además, que el magistrado nunca ha hablado con ninguna autoridad mexicana sobre las investigaciones que se llevaron a cabo respecto a Moreira, expresidente del PRI y exgobernador del estado de Coahuila.
En el auto por el que archivó provisionalmente la causa en 2016, Pedraz reprochó a la Fiscalía Anticorrupción la inconsistencia y debilidad de las pruebas aportadas para sostener los presuntos indicios de blanqueo y de organización criminal. Durante la vista que tuvo lugar el 22 de enero de aquel año, según fuentes del caso, el Ministerio Público interesó la práctica de nuevas diligencias. Entre ellas, pedir a México información sobre las dos empresas de las que Moreira y su familia habían recibido distintas transferencias en cuentas españolas por importe de casi 200.000 euros durante los años 2013 y 2014.
Carpetazo al ‘caso Moreira’
El juez, que ya había rechazado admitir a trámite la primera querella aportada por la Fiscalía Anticorrupción antes de abrir la causa en marzo de 2014, dejó en libertad a Moreira sin fianza aquel 22 de enero de 2016. Le devolvió su pasaporte unas semanas más tarde y archivaría provisionalmente la causa. El expresidente del PRI no regresaría jamás a España, según fuentes del caso.
Desde el entorno de Pedraz consideran que las vinculaciones entre su amigo Baltasar Garzón y el PRI mexicano nunca habrían condicionado su actuación, y aseveran que el juez probablemente habría puesto en conocimiento de los fiscales aquella comida en caso de saber que en ella estaba presente un alto cargo del gobierno de Peña Nieto. Tampoco consideran relevante ni causa de abstención que Pedraz asistiese en 2012 al menos a dos conferencias de carácter institucional en México organizadas en estados gobernados por el PRI.
Este diario se ha puesto en contacto con Ilocad, el despacho de abogados que dirige Baltasar Garzón, para recabar su versión sobre sus relaciones con el PRI mexicano, su participación en la sombra en el caso Moreira y para conocer detalles adicionales sobre la comida organizada en homenaje a Guilllermo Valls a la que el juez Pedraz habría acudido por invitación de Garzón. Desde Ilocad han contestado este lunes que, por cuestiones de tiempo, aún no se ha tenido la oportunidad de contestar a la batería de preguntas enviada por este diario el pasado viernes y aseguran que darán respuesta en las próximas horas.