El Supremo rechaza la petición de Vox de paralizar el debate de investidura
El tribunal deberá resolver ahora si admite a trámite la querella contra Sánchez y Puigdemont
El Tribunal Supremo (TS) ha rechazado la petición de Vox de paralizar el debate de investidura mientras estudia si admite a trámite la querella que presentó la formación contra el presidente en funciones Pedro Sánchez, el expresidente catalán huido Carles Puigdemont, el PSOE y Junts por la supuesta comisión de los delitos de cohecho, encubrimiento o colaboración del terrorismo, usurpación de funciones del Poder Judicial y negociaciones prohibidas a funcionarios públicos, en el marco de las negociaciones para la investidura.
La Sala de lo Penal ha adoptado esta decisión «al no existir elementos que justifiquen la procedencia de suspensión del acto parlamentario dirigido a la investidura del presidente del Gobierno». El alto tribunal se pronuncia así después de que el partido presentara ayer su querella de 97 de folios, en la que solicitaba como medida cautelarísima la suspensión del debate de investidura fijado para este miércoles y jueves en el Congreso de los Diputados.
El Supremo ha dictado una providencia en la que designa como ponente al magistrado Eduardo de Porres y da un plazo de cinco días a Vox para que aporte poder especial donde conste contra quién va dirigida la querella y el delito.
En su querella presentada ayer, Vox asegura que era pertinente paralizar el debate de investidura de Pedro Sánchez porque le resulta «evidente» que «si no se conoce con exactitud la manera en la que se ejecutará el contenido del acuerdo» del PSOE con Junts –que incluye la ley para amnistiar una década del ‘procés’– «no podrá evitarse que se obtenga su finalidad».
Desde el partido dicen que dicha ley de amnistía supondrá una «intromisión en las funciones constitucionales de jueces y tribunales, vulneración de la igualdad de los españoles ante la ley» y «vulneración de la tutela judicial efectiva».
Así las cosas, la formación incide en que está «en peligro» el sistema democrático y que, por ello, no hay «nada más urgente que adoptar las medidas propuestas». Y subraya que en caso de suspenderse el debate «ningún perjuicio sufrirá el Estado de Derecho y la democracia pues en todo caso la consecuencia será llamar de nuevo a las urnas al pueblo español».
Ahora, tras rechazar paralizar de forma cautelar la investidura, queda pendiente que el Supremo se pronuncie sobre la admisión a trámite de la querella. En declaraciones a los medios de comunicación, el líder de Vox, Santiago Abascal, dijo ayer que confiaba en que los magistrados utilizasen «todas las herramientas legales» a su disposición para «detener este golpe».
De cara al fondo del asunto, la formación solicita la práctica de una serie de diligencias en el marco de la investigación contra Sánchez, Puigdemont y sus respectivos partidos. Además de pedir la declaración de los querellados, reclama también que se cite como testigos al presidente del CGPJ, Vicente Guilarte; al ministro de Presidencia, Félix Bolaños; al secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán; al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska; y el jefe de prensa de Puigdemont, Alex Sarri, entre otros.
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