Así cuestionó Canadá la participación de Pep Guardiola en las acciones de Tsunami
El entrenador del Manchester City leyó el manifiesto de la plataforma tras conocerse la sentencia del ‘procés’
«Hoy se ha hecho pública una sentencia que es un ataque directo a los derechos humanos». La frase, en los labios de Pep Guardiola, resonó en todo el planeta. Era justo lo que buscaba Tsunami Democràtic, investigado por delito de terrorismo. El entrenador leyó el manifiesto que preparó la plataforma tras conocerse el fallo del procés. Aquella misma tarde miles de ciudadanos bloquearon el aeropuerto de El Prat causando múltiples destrozos. Los investigadores vincularon al técnico del Manchester City con las acciones y un juez envió comisiones rogatorias internacionales para conocer su implicación. Canadá contestó con una pregunta que cuestionaba esa teoría: «¿Quién es Josep Guardiola?».
Los responsables de Tsunami sostienen que las movilizaciones fueron una respuesta espontánea de los ciudadanos, pero los informes de la Guardia Civil revelan lo contrario. El juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón les imputa un delito de terrorismo por la muerte de un ciudadano francés durante la acción en El Prat, por la que además se tuvieron que cancelar un centenar de vuelos previstos. Los Mossos han trasladado al magistrado que los atestados de aquella jornada no aluden al turista fallecido.
Un juzgado de Hospitalet ya archivó la causa en 2019 al no apreciar delito. La víctima padecía problemas cardíacos y la autopsia reveló que había sufrido un infarto. Los investigadores señalan a Guardiola por apoyar las acciones subversivas de Tsunami tras poner voz al manifiesto de la plataforma. Sostienen que sus reivindicaciones habrían «alentado a la población catalana a rebelarse contra el Estado». La Audiencia Nacional libró entonces comisiones rogatorias internacionales y Canadá respondió solicitando más información.
El apoyo de Guardiola
Tsunami Democràtic se presentó en las redes sociales el 2 de septiembre de 2019 con el objetivo de impulsar una campaña de movilización basada en la lucha «no violenta» y la «desobediencia civil» para protestar contra la sentencia del procés, que estaba a punto de hacerse pública. Desde el inicio contó con la complicidad de partidos y entidades soberanistas. Los investigadores señalan que ganó «una importante notoriedad» gracias al apoyo que recibió en redes sociales de diversos líderes políticos, entre ellos Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y el entonces presidente de la Generalitat, Joaquim Torra.
Durante las primeras semanas su acción se redujo a colocar carteles y desplegar pancartas en lugares emblemáticos bajo el lema «Cambiemos el estado de las cosas». La sentencia del procés precipitó los movimientos. Las acciones de Tsunami provocaron graves destrozos públicos y las autoridades vieron en el discurso de Guardiola el pistoletazo de salida. El técnico, que se encontraba en Manchester, se limitó a demandar «una solución política y democrática» para Cataluña.
«Lo que pedimos es: España, siéntate y habla. Pedimos a la opinión pública internacional y la sociedad civil que presionen a sus gobiernos para que intervengan en este conflicto para encontrar soluciones políticas y democráticas», reivindicó Guardiola en inglés para alcanzar mayor difusión, como pretendían los miembros de Tsunami. En su opinión, la decisión de los jueces era «inaceptable en el siglo XXI». El vídeo corrió como la pólvora en las redes sociales, donde generó reacciones a favor y en contra.
Canadá respondió a la solicitud de información de la Audiencia Nacional en virtud a una acuerdo de asistencia mutua suscrito hace dos décadas. La respuesta de las autoridades canadienses desactivó la incriminación de Guardiola. De hecho, contestó a la petición con otra pregunta que dejó a los jueces en fuera de juego: «¿Quién es Josep Guardiola Sala y cómo saben que estaba enviando un mensaje en nombre de Tsunami Democràtic?»
Campaña mediática
La Audiencia Nacional replicó que Tsunami había iniciado «una potente campaña mediática impulsada desde las más altas esferas y sectores civiles independentistas». Esta recibía el apoyo directo de destacadas figuras del espectro político catalán y líderes de referencia del movimiento independentistas para dotarla «del peso suficiente para actuar como plataforma vehicular y canal oficial de comunicación de las movilizaciones». En ese cometido se insertaría el papel de Guardiola, que prestó su apoyo como hacían «determinadas personas de extraordinario calado e influencia social».
«Guardiola no dudó en poner su voz a disposición de Tsunami Democràtic, sumándose a sus reivindicaciones y alentando a la población catalana a revelarse contra el Estado español, llegando a catalogar como conflicto la situación de crisis surgida tras la publicación de la sentencia condenatoria contra los políticos catalanes relacionados con el denominado juicio del procés en un vídeo confeccionado por la propia plataforma», relató la Audiencia Nacional a las autoridades canadienses.
En el escrito, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, se explica que, desde que Guardiola se retiró como futbolista, ha sido una de las caras más visibles del proceso independentista. «A medida que pasaban los años, la figura del exentrenador del Barcelona en actos a favor del derecho de autodeterminación y la ruptura con el Estado español ha ido creciendo, llegando a engrosar la lista electoral de Junts pel si en las autonómicas catalanas de 2015». Unas explicaciones que no convencieron a Canadá, que cerró el caso con un cordial «no os podemos ayudar».