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Jenni Hermoso ratifica que el beso de Rubiales no fue consentido y que se sintió coaccionada

La futbolista declara en la Audiencia Nacional por la causa que investiga al expresidente de la RFEF

Jenni Hermoso ratifica que el beso de Rubiales no fue consentido y que se sintió coaccionada

Jenni Hermoso a su llegada a la Audiencia Nacional este martes. | Eduardo Parra (Europa Press)

El beso fue inesperado y en ningún momento, consentido. La futbolista Jenni Hermoso ha ratificado este martes ante el juez la versión que declaró ante la Fiscalía. La Audiencia Nacional investiga al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales por presuntos delitos de agresión sexual y coacciones tras besar a la internacional española durante la celebración del Mundial de fútbol femenino celebrado este verano en Australia y Nueva Zelanda. La futbolista también ha insistido en que, durante las jornadas siguientes, sufrió presiones del entorno del exdirigente federativo.

Hermoso ha corroborado ante el juez la declaración que realizó ante la Fiscalía en octubre. La futbolista ha contado por espacio de 40 minutos al magistrado que el beso que recibió el 20 de agosto en Sídney fue inesperado y en ningún momento consentido, según han informado fuentes jurídicas a THE OBJECTIVE. A continuación ha relatado la situación que vivió tras aquel episodio, tanto en el vuelo de regreso a España como durante las celebraciones en Ibiza.

La delantera española ha asegurado que sufrió «hostigamiento constante» de varios investigados, algo que alteró su vida normal produciéndole «tristeza y desasosiego». El juez mantiene abierta una causa por presuntos delitos de agresión sexual y coacciones, en la que están imputados el propio Rubiales, inhabilitado durante tres años por la FIFA; el director de marketing de la RFEF, Rubén Rivera; el director deportivo, Albert Luque; y el exseleccionador femenino, Jorge Vilda, que fue destituido en septiembre.

Hermoso en la Audiencia

La declaración ha tenido lugar apenas unas horas después de que Hermoso anunciara su pase del Pachuca al Tigres mexicano. La futbolista también fue protagonista en Nochevieja, al copresentar las tradicionales campanadas en TVE. El titular del Juzgado Central de Instrucción número 1, Francisco de Jorge, citó a Hermoso para que declarase como testigo el pasado 28 de noviembre, pero las defensas de Rubiales y de Rivera solicitaron su aplazamiento al coincidirles con otros procesos judiciales.

Las fuentes judiciales afirman a este diario que Hermoso ha insistido al juez que su familia también recibió presiones durante el vuelo de regreso a España. De hecho, el hermano de la futbolista ya relató que Vilda se le acercó para advertirle de «las consecuencias personales y profesionales» que podían derivarse si el escándalo continuaba. Las coacciones habrían seguido en Ibiza, lugar al que se desplazaron Rivera y Luque, que trataron de contactar sin éxito con la jugadora a través de intermediarios.

«Muchas gracias por el apoyo. Estoy bien, estoy fuerte. Ha ido bien. Todo queda ya en manos de la justicia», ha manifestado Hermoso a la salida de los juzgados. La Audiencia Nacional abrió una investigación en agosto, días después de que Rubiales le propinara un beso en la boca durante la celebración del Mundial de fútbol femenino. La jugadora ya declaró ante la Fiscalía que no se sintió respetada: «Me estaban sometiendo a algo que yo en ningún momento busqué ni hice para encontrarme con esa situación».

En aquella declaración, Hermoso narró el momento en el que recibió el beso. Según su relato, se abrazó con Rubiales y afirmó: «La que hemos liado». A continuación, el expresidente de la RFEF pegó un brinco sobre ella y le comentó: «Este Mundial lo hemos ganado gracias a ti».

«Lo siguiente ya fue sus manos en mi cabeza y ya ahí no escuché nada más. Me vi con el beso en la boca y ya directamente me bajé a la tarima con mis compañeras», rememoró Hermoso a preguntas de la Fiscalía. La futbolista aseguró que no se lo esperaba: «En ningún momento me podía esperar que pasara al final algo así (…) En una persona de confianza. Creo que nadie se esperaría que iba a usar ese momento para hacer algo así, por muy espontáneo que fuera».

La defensa de Rubiales

La futbolista también explicó que, cuando bajó de la tarima, contó lo sucedido a sus compañeras Alexia Putellas e Irene Paredes. Ante el juez, Rubiales defendió que el beso fue «una muestra de afecto» que se produjo de forma «natural», a la luz de «millones de ojos» y que fue consentido. A preguntas del abogado de Hermoso, afirmó que se trataba de «una celebración totalmente extraordinaria» y que preguntó a la jugadora antes de darle el beso.

«Sí, le pregunté antes ¿cómo no le voy a respetar?», respondió el expresidente de la RFEF a la pregunta de si consideraba que había respetado a la jugadora al besarla en la boca. Luego aseguró que Hermoso, tras ese episodio, «se fue muerta de risa» y dándole «dos cachetes en el costado».

Hermoso relató ante la Fiscalía que, una vez que las campeonas del mundo estaban en el vestuario, entró la directora deportiva de la Selección, Ana Álvarez, que le dijo que el presidente la necesitaba, por lo que salió a la puerta. Rubiales le insistió en que se estaba hablando «mucho» del beso y le intentó explicar «otra vez» la acción.

A continuación ambos entraron en el vestuario y el expresidente de la RFEF anunció un viaje a Ibiza con todos los gastos pagados «para desviar un poco el tema». Durante su declaración ante la Fiscalía, Hermoso aseguró que, dentro del vestuario, las futbolistas no eran conscientes hasta que vieron la imagen de lo que estaba pasando.

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