Defensa reclama 94.700 euros a un británico que «bromeó» con ser talibán y «volar» un avión
La falsa amenaza de bomba obligó a desplegar un caza Eurofighter del Ejército del Aire para escoltar al avión
Fue una «broma» entre siete amigos británicos que viajaban a Menorca en el verano de 2022. Con este argumento, un joven de 20 años acusado de desórdenes públicos ha asegurado que nunca quiso causar alarma social cuando envió el mensaje «de camino a volar el avión (soy miembro de los talibanes)», que resultó una falsa amenaza de bomba.
El joven británico se ha sentado este lunes en el banquillo de la Audiencia Nacional acusado de un delito de desórdenes públicos por el que la Fiscalía pide para él una multa de 22.500 euros y una indemnización de 94.782 al Ministerio de Defensa por los gastos de un caza Eurofighter del Ejército del Aire español que tuvo que ser desplegado para escoltar al avión, que albergaba 142 pasajeros.
Ocurrió el 3 de julio de 2022, cuando el acusado envió por un grupo de Snapchat ese mensaje junto a una fotografía, que fue captado por los servicios de seguridad del Reino Unido cuando el avión sobrevolaba el espacio aéreo francés y que, tras avisar a las autoridades españolas, provocó que un Eurofighter acabase escoltando al avión por una amenaza de bomba.
El acusado ha reconocido haber enviado dicho mensaje, pero ha asegurado que lo remitió a un grupo privado de siete amigos que conocía desde hacía años. Se trató, ha explicado, de una «broma» que le hacían desde el colegio por sus «rasgos físicos», por tener la piel más oscura, y ha asegurado que sabe que el grupo talibán tiene la condición de terrorista, pero que nunca pretendió causar alarma social ni miedo a los pasajeros porque lo envió a un grupo privado.
«Solo fue una broma un poco pesada (…). En el colegio, muchas veces por nuestros rasgos y color de piel, estábamos acostumbrados a enfrentarnos a este tipo de broma«, ha corroborado más tarde uno de los amigos que viajó con él y que ha asegurado que el mensaje no fue compartido por ningún miembro del grupo porque, de lo contrario, habrían recibido una notificación.
Según la teoría de este testigo, quizá alguno de los amigos estuviese conectado a la red wifi del aeropuerto londinense y por eso se pudo localizar esa imagen. El acusado ha negado que él estuviese utilizando esa red. Ambos amigos han añadido además que cuando vieron al caza escoltar al avión pensaron que se trataban de maniobras militares debido a la invasión de Rusia a Ucrania.
El argumento de la «broma» no ha convencido ni al fiscal ni a la Abogacía del Estado, que han mantenido su acusación. La Fiscalía cree que le hecho de que digan que fue una «broma pesada» implica que el acusado «sabía lo que estaba haciendo» y que hacer referencia en su mensaje a los talibanes «origina temor» y la alarma social que castiga el delito por el que le acusa.
Su abogada, sin embargo, ha argumentado que dicho delito no existe cuando hay «imprudencia» y que la jurisprudencia exige que la amenaza sea «creíble», algo que no ocurrió porque sus cinco amigos se subieron con él al avión.
Ha negado que su cliente tuviese la intención de movilizar a los servicios de emergencia y ha puesto en valor «el contexto «en el que se encontraban: un grupo de amigos que acababa de terminar el Bachillerato, «recién cumplidos los 18 años» y tras dos años de restricciones por la pandemia de COVID, que iban de vacaciones a Menorca, pero acabaron detenidos. «Fue una broma en un ámbito puramente privado», ha reiterado. El juicio ha quedado visto para sentencia.