Ábalos gana un año de 'inmunidad' al mantener su escaño en el Congreso
El exministro de Transportes seguirá aforado, por lo que solo puede ser investigado por el Tribunal Supremo
José Luis Ábalos cierra la puerta al PSOE. La formación le otorgó el lunes 24 horas para renunciar a su acta. Cumplido el plazo, anunció que continuaría como diputado y que se integrará en el Grupo Mixto para defender su honorabilidad. El exministro de Transportes ha sido señalado por su responsabilidad in vigilando en la trama que cobró presuntas mordidas por la venta de mascarillas durante la pandemia. Los investigadores sospechan que uno de sus asesores, Koldo García, facilitó que Soluciones de Gestión se hiciera con los contratos, aunque Ábalos no está imputado en el caso que se investiga en la Audiencia Nacional.
«No acabaré mi carrera como corrupto cuando soy inocente», afirmó Ábalos este martes, durante una comparecencia en la Cámara baja. El exministro considera que su renuncia se podría interpretar como un signo de culpabilidad y que serviría para estigmatizarle. En su opinión, precisa de una tribuna pública para defenderse, «la que me ofrece el Congreso». Los expertos consultados por THE OBJECTIVE consideran que solo trata de ganar tiempo al mantener su escaño. El Tribunal Constitucional sostiene desde hace cuatro décadas que el acta es personal.
Ábalos continuará como aforado, por lo que la Audiencia Nacional no es competente para investigarlo. En caso de que el juez observe indicios para ello debe enviar una exposición razonada al Tribunal Supremo para que este continúe las pesquisas. El proceso puede demorarse entre un año y un año y medio, explica un prestigioso penalista que prefiere mantener el anonimato. El exministro, tal y como insistió durante su comparecencia, no está acusado ni forma parte de la investigación en curso.
Expediente a Ábalos
«No tengo ningún enriquecimiento ilícito y no será porque no se me haya investigado», se defendió Ábalos ante los medios de comunicación. Con su «no rendición» busca defender su honorabilidad ante la opinión pública «y los simpatizantes y votantes del PSOE». El partido le ha abierto un expediente disciplinario y le ha suspendido temporalmente de militancia. Muchos de sus compañeros creen que «está dañando la imagen del PSOE».
Un importante penalista explica a este diario que Ábalos está «bien asesorado» ya que, en caso de que le imputen, no podrá hacerlo el juez Ismael Moreno, que instruye el denominado como caso Koldo en la Audiencia Nacional. «Que tenga que elevar una exposición razonada le da un respiro durante meses. Que el Tribunal Supremo lo acepte conlleva más tiempo. Luego puede solicitar un suplicatorio, que son de dos a tres meses más. Para entonces se habrá calmado la cosa o han podido pasar mil cosas», insiste el experto.
Alfredo Arrien, penalista en Paredes & Asociados, considera que esta estrategia procesal supone que la posible imputación de Ábalos se retrase al menos un año. «No creo que fuese beneficioso renunciar». El abogado explica que un aforado puede declarar en la Audiencia Nacional o en cualquier juzgado en calidad de testigo, algo que el propio exministro ha reconocido durante su comparecencia. De hecho, ya han sido interrogados con ese estatus el actual número tres de Transportes y otros 11 cargos del ministerio.
Los agentes del Instituto Armado les preguntaron tanto por las contrataciones con la empresa Sociedad de Gestión como por la reunión que mantuvieron en 2020 en el Ministerio de Transportes en la que se acordó que la institución dirigida por Ábalos sería la encargada de realizar las compras relativas al material sanitario necesario para la lucha contra la pandemia. La Guardia Civil también ha tomado declaración al secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez.
Segunda instancia penal
«Si un aforado declara en calidad de testigo tiene algunos privilegios, como la posibilidad de hacerlo en su despacho o informar por escrito», precisa Arrien. Así lo dispone el artículo 412 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (Lecrim). Sin embargo no todos los expertos opinan igual. El penalista José María de Pablo, socio del bufete Mas y Calvet sostiene que estar aforado ante el Tribunal Supremo «es peor que no estarlo» porque «no tiene derecho a la segunda instancia penal».
Una opinión que comparte una prestigiosa penalista. Explica que si Ábalos acaba siendo imputado en el caso Koldo se jugará su futuro a una carta. Al estar aforado se retrasan los tiempos, pero se limita las posibilidades, ya que si el Supremo falla en contra no queda una instancia superior a la que recurrir. Por contra, si enjuicia la Audiencia Nacional siempre queda la opción de acudir al alto tribunal en caso de no estar de acuerdo con la sentencia.