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Tribunales

Rato dice que conoció a su presunto testaferro en 2010 y «nunca más tuvo relación con él»

Se desvincula completamente de todas las decisiones que se adoptaron en relación con la difusión de la marca Bankia

Rato dice que conoció a su presunto testaferro en 2010 y «nunca más tuvo relación con él»

El exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato sale de la Audiencia Provincial de Madrid | Sergio Perez (EFE)

El exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato ha asegurado este lunes que conoció a uno de sus presuntos testaferros -que habría derivado parte de las comisiones por la salida a Bolsa de Bankia a una sociedad de Rato-, cuando éste se incorporo a la entidad y luego «nunca más tuvo relación con él».

Entre las cuestiones que debe resolver el juicio figura si, siendo presidente de Caja Madrid-Bankia -entre enero de 2010 y mayo de 2012- Rato cobró indebidamente comisiones procedentes de los contratos de publicidad que la entidad bancaria firmó con las empresas de publicidad Publicis y Zenith relativos a la fusión, la imagen de marca y la salida a bolsa de la entidad.

Según sostiene la Fiscalía, dichas comisiones se canalizaron desde una sociedad interpuesta, Albisa, propiedad de Alberto Portuondo, que también figura como acusado, y que había sido contratado como asesor en Bankia. Siempre según el ministerio público, una parte de la comisión (835.059,97 euros) que cobró Portuondo llegó a la sociedad Kradonara, epicentro de la trama societaria de Rato, bajo un supuesto contrato de asesoría.

En su tercera sesión de declaraciones, Rato se ha desvinculado completamente de todas las decisiones que se adoptaron en relación con la difusión de la marca Bankia, así como de los detalles de la campaña de publicidad que se puso en marcha durante la salida a bolsa. Era el departamento de Comunicación el que se ocupó de todo el proceso, de seleccionar a las agencias de publicidad y medios o de escoger una marca, y él no asistió «nunca» a las reuniones de los distintos departamentos que abordaban esta cuestión, como tampoco a las del comité de riesgos.

En su opinión, como presidente del consejo de administración «debía mantener una distancia con decisiones concretas como las compras y los créditos». Jamás dio indicación alguna ni sobre marca, ni sobre publicidad ni sobre medios, algo para «lo que no estaba capacitado», y para lo cual los distintos departamentos contaban «con asesores externos». Uno de ellos era Alberto Portuondo, al que Rato conoció en 2010 y «nunca más tuvo relación con él».

Ello contrasta con lo afirmado durante su declaración como testigo de la que fuera directora de Comunicación de Bankia durante parte del mandato de Rato al frente de la entidad, Pilar Trucios, que le atribuyó la decisión final sobre la contratación de las empresas encargadas de la publicidad de la salida a Bolsa.

Rato ha relatado cómo tuvo que despedir a Trucios al no ser ésta una persona resolutiva, sino «más bien emocional, de mucha lágrima»; y se ha mostrado convencido de que no ha superado el despido pese a que ello «le supuso una buena indemnización» -1,2 millones de euros-. De ese presunto despecho proceden sus «declaraciones falsarias» sobre el grado de participación de Rato en los prolegómenos de la salida a Bolsa y la elección de las empresas de publicidad y medios, ha destacado el exbanquero.

Con ello finaliza la declaración de Rato, que a su salida de la Audiencia Provincial ha señalado que espera «justicia» después de nueve años de investigación.

El exvicepresidente rehusó someterse a las preguntas de la Fiscalía y de la Abogacía del Estado, a los que acusa de «impunidad» y de discriminarle frente al resto de contribuyentes; y ahora es el turno del resto de acusados, entre los que figura el que fuera administrador de varias sociedades vinculadas a Rato, Miguel Ángel Montero, o el ex secretario general de Telefónica Ramiro Sánchez de Lerín.

Por el delito de blanqueo de capitales está también acusado Santiago Alarcó, excuñado de Rato; mientras que en el de corrupción entre particulares está su antigua secretaria, Teresa Arellano, y José Manuel Fernández Norniella. El que fuera secretario de Estado de Hacienda con Rato ha explicado este lunes que rehusaba declarar.

Anticorrupción atribuye a Rato once delitos fiscales, blanqueo de capitales y corrupción en los negocios, por los que se enfrenta a una petición de penas que podría alcanzar los 70 años de cárcel.

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