La Audiencia de Madrid deja en libertad a 'Lover Boy' tras prostituir a menores en Only Fans
La Sala decreta medidas cautelares para el supuesto agresor hasta que se celebre el juicio, aún sin fecha
Entrada principal de la Audiencia Provincial de Madrid. | Carlos Luján (Europa Press)
La Audiencia Provincial de Madrid ha dejado en libertad provisional al denominado Lover Boy, aunque con medidas cautelares. No podrá salir de España, acercarse a sus presuntas víctimas ni comunicarse con ellas por cualquier medio, «incluidas las redes sociales». Un juzgado de Arganda del Rey acordó el pasado marzo la prisión provisional y la medida fue ratificada en mayo por la Sala. La Fiscalía y la defensa recurrieron la decisión y solicitaron su inmediata puesta en libertad hasta que se celebre el juicio, cuya fecha aún se desconoce. El hombre engatusaba a menores de edad para hacer vídeos pornográficos en Only Fans.
La Sala de Vacaciones, con la exministra Pilar Llop como ponente, ha dejado sin efecto el auto del pasado 17 de julio que acordaba mantener la prisión provisional para el supuesto agresor. Las jóvenes denunciaron que este le obligaba a aparecer en vídeos en plataformas de Internet como Only Fans. La Fiscalía y la defensa, ejercida por el penalista Juan Gonzalo Ospina, recurrieron ante la Audiencia de Madrid, que acaba de darles la razón.
El supuesto agresor ha quedado en libertad provisional, aunque con restricciones cautelares, como la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de las mujeres afectadas. Tampoco podrá comunicarse con ellas y tendrá la obligación de realizar firmas semanales en el juzgado, por lo que no podrá salir de España (se le ha retirado el pasaporte).
Vídeos en Only Fans
El auto, al que ha accedido THE OBJECTIVE, tiene en cuenta «el tiempo transcurrido desde que se decretó la prisión provisional y el resultado de las pruebas testificales». El escrito defiende que la prisión provisional «no puede constituirse en un anticipo de la pena a imponer». «Nos lleva a ponderar medidas cautelares alternativas menos gravosas para los derechos fundamentales dado el tiempo transcurrido», argumenta el texto.
La acusación no tiene dudas de las intenciones de este hombre de mediana edad, al que acusa de engañar a las menores con el llamado sistema Lover Boy para incitarlas a la prostitución mediante canales de pago en Internet como OnlyFans. Para conseguirlo las sacaba de España, las incomunicaba y las obligaba a grabar vídeos eróticos. Una de las denunciantes aseguró a la juez que conoció a su presunto agresor en Barcelona, que se enamoró de él y que estuvieron juntos. Explica que se dejó llevar y se trasladaron a Chipre, donde su pareja no solo le agredió, sino que además habría usado su tarjeta bancaria.
La joven señala que le obligaba realizar vídeos con contenido para adultos y que, si no lo hacía, la encerraba. La Guardia Civil la identificó en sus informes como posible víctima de trata de seres humanos. El supuesto agresor usó el mismo modus operandi con otras víctimas, según relataron estas a la juez. El testimonio de otra chica asegura que la captó por Tinder y que se hicieron novios a pesar de su minoría de edad.
Se desplazaron a Portugal con la intención de establecer su residencia, pero que el único interés de su pareja era «el lucro económico» mediante sus actuaciones pornográficas. La joven afirmó que tuvo intención de dejarle, pero que tenía una dependencia emocional «muy grande» y que estaba asustada.
Chantaje emocional
La acusación se basa en los informes de la Guardia Civil y los testimonios de las víctimas, quienes ponen de manifiesto que el acusado las seducía con engaño, chantaje emocional y coacciones, aprovechando su vulnerabilidad. Las menores eran estrictamente seleccionadas en redes sociales. En julio, la magistrada que investiga los hechos rechazó la petición de la defensa para poner al preso en libertad provisional a la espera del juicio.
El acusado niega todos los cargos. La defensa ha aportado vídeos, fotos y conversaciones en las que se desmiente esa situación de secuestro y esclavitud que describe la acusación. Manifesta que una de las jóvenes tenía móvil durante su estancia en Chipre y podía usarlo con total libertad. El despacho de Ospina sostiene que la actividad sexual de la denunciante en redes sociales se produce antes, durante y después de conocer a su cliente, y que todo es fruto de un ataque de celos de la mujer.
