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Isabel Perelló, la amiga catalana de la ministra Robles que rompe techos de cristal en el CGPJ

La nueva presidenta pertenece a Juezas y Jueces para la Democracia, la tercera asociación en número de afiliados

Isabel Perelló, la amiga catalana de la ministra Robles que rompe techos de cristal en el CGPJ

Isabel Perelló, nueva presidenta del CGPJ. | Ilustración de Alejandra Svriz

Isabel Perelló será la primera mujer que presida el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Que el cargo lo ocupara una fémina era indispensable para el Gobierno, los vocales progresistas y la asociación Juezas y Jueces para la Democracia, a la que pertenece. Tras cuatro intentos infructuosos, los miembros del órgano de gobierno de los jueces llegaron a un consenso, aunque el nombre de Perelló no estuvo sobre la mesa hasta el último momento. La elegida nació en Sabadell (Barcelona) hace 66 años, es magistrada de la Sala Tercera del Tribunal Supremo desde 2009 y muy cercana a la ministra de Defensa, Margarita Robles. Quienes mejor la conocen la califican de afable, trabajadora y cercana.

A pesar de su perfil progresista, no contaba con el aval de Moncloa. La nueva presidenta del CGPJ tiene fama de buscar consensos, ser discreta y huir del foco mediático. «Se le acabó el chollo. A partir de ahora va a estar todo el día en el candelero», subraya a THE OBJECTIVE un magistrado cercano. Otra compañera explica que Perelló nunca ha buscado ser protagonista, aunque recuerda la ocasión en la que envió una carta a su predecesor Carlos Lesmes quejándose del lenguaje sexista de los escritos judiciales. Un escrito en el que participó la ministra Robles.

Otra compañera destaca su capacidad de liderazgo y su «mano izquierda», que considera muy necesaria para generar consensos en esta nueva etapa del CGPJ. Asegura que sus resoluciones suelen ser «ponderadas y equilibradas». Perelló ingresó en la carrera judicial en 1985. Antes de llegar a la Sala Tercera del Supremo ocupó destinos en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Mahón (Menorca), en la Audiencia Provincial de Barcelona y en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).

La presidenta Perelló

En 1991, año en el que ingresó a Juezas y Jueces para la Democracia, desempeñó funciones en la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y luego paso por la Audiencia Nacional. Además, fue letrada en el Tribunal Constitucional durante una década (1993-2003). El año pasado, los vocales progresistas del CGPJ la incluyeron entre los aspirantes a convertirse en magistrada de la corte de garantías. Se quedó a las puertas.

Su suerte ha cambiado este martes, cuando ha obtenido 16 votos en el Pleno del órgano de gobierno de los jueces y se ha impuesto a la otra candidata, su compañera de Sala en el Supremo Ana María Ferrer. El nombre de Perelló no estaba entre los siete magistrados del Supremo seleccionados por los vocales en el pleno constitutivo del pasado 25 de julio. La imposibilidad de llegar a un acuerdo llevó a los conservadores a solicitar que se abriera el abanico para incluir nuevos perfiles. Los progresistas aceptaron pese a sus reticencias iniciales.

La magistrada catalana, divorciada y con una hija, tiene un perfil progresista. Aun así, ha sido propuesta por los vocales conservadores como solución de consenso, después de que estos vetaran los nombres de Pilar Teso y Ana María Ferrer. La primera fue descartada por los miembros del CGPJ propuestos por el PP por su cercanía al ministro de Justicia, Félix Bolaños, y su amistad con el presidente del Constitucional: Cándido Conde-Pumpido. Ferrer tampoco les agradaba, especialmente tras mostrarse partidaria de aplicar la amnistía. En 2022 ya emitió un voto particular en la sentencia del caso ERE.

La única solución era tirar por la calle de enmedio. En ese escenario, Perelló contaba con un aliado, según las fuentes consultadas. Su amistad con el vocal del CGPJ José Antonio Montero, compañero en la Sala Tercera del Supremo, acabó por convencer al sector conservador. Ambos ingresaron en la Sala Tercera del alto tribunal en el mismo año. Afiliada a la asociación Juezas y Jueces para la Democracia, la nueva presidenta del CGPJ y del Supremo (ambos cargos son indivisibles) ha participado en diversos cursos sobre materia constitucional.

Detractores

Sus detractores le achacan que pertenece a una asociación minoritaria. Juezas y Jueces para la Democracia es la tercera organización profesional en número de afiliados, con 434 socios. Por encima se encuentran la mayoritaria Asociación Profesional de la Magistratura (APM), con 1.413 afiliados, y la Asociación Judicial Francisco de Vitoria, con 885 afiliados. Su entorno más próximo la califica como una persona «afable, cercana y trabajadora» que es capaz de generar los consensos que necesita el CGPJ.

Sus colegas destacan que ocupa el puesto número 13 en el escalafón como especialista de lo contencioso (Montero, el número 16). También subraya que no le gusta el foco, pero que trabaja «como una hormiga» y que es «cumplidora». Perelló fue la ponente del auto con el que el Supremo rechazó hace un año la petición del PSOE de revisar los votos nulos de las elecciones generales del 23 de julio en la provincia de Madrid al considerar que «la mera diferencia numérica en los resultados» que se aducían (1.200 votos) no era «base suficiente» para la revisión.

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