Un amigo de Sánchez puso en contacto a Gómez con un patrocinador de su cátedra
«Si no te importa, ¿podrías recibir a Begoña?», le dijo David Sanza al consejero delegado de Reale
El consejero delegado de Reale Seguros, Ignacio Mariscal, declaró ante el juez que un amigo de Pedro Sánchez, David Sanza, puso en contacto a Begoña Gómez con la compañía. El objetivo era que patrocinaran y financiaran la cátedra de la esposa del presidente del Gobierno en la Universidad Complutense de Madrid. «Si no te importa, ¿podrías recibirla, que tiene un proyecto de transformación social y sabe que vosotros sois muy activos en esta materia?».
Así lo detalló ante el juez Juan Carlos Peinado el consejero delegado de Reale Seguros el pasado agosto como testigo, en una declaración a la que ha tenido acceso íntegro Europa Press y en la que negó que decidieran poner dinero en la cátedra porque les pareciera importante la presencia de Gómez.
El dirigente de Reale Seguros explicó al juez instructor que Gómez no le contactó directamente, sino que lo hizo en agosto de 2020 a través de Sanza, un corredor de seguros con el cual ella tiene «amistad» y al que Sánchez reconoció como amigo durante un programa televisivo en 2015.
Sanza «me llama para decirme: ‘Ignacio, si no te importa, ¿podrías recibir a Begoña Gómez, que tiene un proyecto con la Complutense de transformación social y sabe que vosotros sois muy activos en esta materia?'», declaró Mariscal ante el juez que investiga a la esposa del jefe del Ejecutivo por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios.
Mariscal, que dijo que sabía en el momento de aquella llamada que Gómez es la esposa del presidente del Gobierno, relató que se reunió con ella y con Sanza en las oficinas de la compañía de seguros semanas después.
En aquella reunión, Gómez le propuso colaborar con su cátedra de Transformación Social en la UCM al ser Reale «muy activa en actividades de sostenibilidad». «Pensaba que éramos un potencial patrocinador que encajaba porque la materia era de nuestro interés», aseguró Mariscal.
Fue Gómez, añadió, quien puso encima de la mesa las condiciones para el convenio con la cátedra, que se estaba creando: cuatro años de duración y 15.000 euros anuales, es decir, un total de 60.000 euros, que Reale analizó, acabó aceptando y el propio Mariscal firmó, según admitió.
El testigo contó al juez que la compañía no había financiado proyectos de estas características con universidades públicas, pero que vieron que esa cátedra sí encajaba con sus objetivos, que «la materialidad era real y que tenía buena pinta y que merecía la pena, sobre todo porque era unirse a la Complutense».
«Entendíamos que el contenido de la cátedra era muy interesante y los fines de la cátedra también. Nos reportaba aliarnos con una universidad de prestigio como es la Universidad Complutense. Y nos reportaba acceder a un público joven, que nuestro perfil de clientes es un público mucho más mayor», siguió.
Y defendió que su compañía es muy activa en colaboración con la sociedad y de otro tipo de proyectos. «Y el año de la pandemia más, porque tuvimos una dotación adicional de casi dos millones y medio de euros para intentar ayudar en lo que se podía», explicó. Mariscal también indicó en su declaración que no van a seguir participando en la cátedra una vez acabado el contrato que suscribieron por cuatro años. «Hemos considerado que el proyecto está acabado y no merece la pena renovarlo, seguir», aseguró.