La Guardia Civil examina dos discos duros de Ábalos con «información sensible» sobre 'el 1'
Los dispositivos estaban en manos del asesor Koldo García, que habría entregado el material a la UCO
Pedro Sánchez en La Moncloa. | EP
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil tiene mucho trabajo por delante. Los 170 dispositivos móviles y electrónicos incautados por los investigadores están ya abiertos en su mayoría, según confirman a THE OBJECTIVE, pero está pendiente el análisis de la ingente cantidad de material y que se llevará cabo en las próximas semanas. De entre todo el material incautado, hay dos discos duros que constituyen la joya de la corona por su procedencia y contenido. Su dueño es el exministro José Luis Ábalos y contienen, según fuentes de la investigación, una gran cantidad de «información sensible» del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Se trata de la «relación epistolar» entre ‘el 1’ y ‘el jefe’ de la trama, que es como los integrantes de la misma se referían en clave a Sánchez y Ábalos respectivamente. Las memorias externas propiedad del exministro contienen también una cantidad importante de «información personal», con fotografías y material audiovisual, según las citadas fuentes, pero es la que menos interés despierta entre los investigadores.
No obstante, la investigación judicial sobre Ábalos no ha comenzado formalmente todavía, aunque se haya visto cercado ya por los dos informes de la UCO publicados hasta la fecha, en la medida en que aparece física y verbalmente en las conversaciones y documentos incautados en los móviles de los investigados. Entre ellos se encuentran su asesor Koldo García Izaguirre y el «nexo corruptor», según la Benemérita, Víctor de Aldama.
Koldo empieza a cantar
Los dos dispositivos del exministro están siendo analizados ya porque fueron incautados a Koldo, que sí está investigado formalmente. «De la misma forma en que Rubén Villalba (el comandante detenido) nos dejó a tiro los audios para simular una operación contra Aldama, Koldo nos puso encima de la mesa de su domicilio los dos discos duros para que los cogiéramos. Quería que la UCO los tuviese».
Ese gesto de Koldo podría ser un intento por blindarse implicando en la causa al presidente del Gobierno, pero también una forma de colaborar con los investigadores para rebajar su eventual condena y una constatación de la ruptura con quien fuera su todopoderoso jefe en Moncloa y Ferraz. Según estas fuentes, Koldo estaría «cabreado» con Ábalos por haberle dejado caer, circunscribiendo en él las responsabilidades cuando se detuvo a la trama a comienzos de año.
Fuentes de su entorno explican que Ábalos confiaba en que el «rastro» de todas las operaciones conduciría a su asesor y que no se conseguiría llegar a una pieza de caza mayor. Él mismo se suele vanagloriar de no haber firmado ningún documento que le implique directamente en la trama. Así se explica que, cuando estalló el caso Koldo en febrero de este año, se manifestara «estupefacto y muy decepcionado» con quien fuera su principal lugarteniente y colaborador.
Nuevo informe antes de fin de año
Koldo y Ábalos fueron uña y carne durante años, pero ahora la situación ha cambiado. El asesor ha cortado amarras con quien fuera su jefe, hasta el punto de entregar todo el material que guardaba sobre Ábalos. Es tal la cantidad de información que los agentes trabajan a pleno rendimiento para conseguir descifrar el complejo entramado de tramas superpuestas (mascarillas, hidrocarburos…). Y es ahí donde se espera que aflore un tercer escándalo de pago de comisiones por parte de constructoras, como adelantó este periódico. Los agentes de la UCO trabajan para la publicación de un nuevo informe antes de Navidad.
En una semana negra en la que se ha imputado al fiscal general del Estado, se han iniciado los pasos para la imputación de Ábalos y el Supremo ha archivado la querella de Pedro Sánchez contra la instrucción del juez Juan Carlos Peinado, el nerviosismo se ha disparado en el Ejecutivo. En privado, en el palacio de la Moncloa los colaboradores más estrechos del presidente del Gobierno son pesimistas: «Vamos a acabar todos imputados». Otros se atreven incluso a aventurar: «No podemos descartar que imputen a Pedro. Van a por nosotros»
