La Guardia Civil eleva a 8,4 millones los pagos que realizó el Barça a Negreira
Los agentes observan en las 135 transferencias una intención «fraudulenta de obtener beneficios no justificados»
El FC Barcelona pagó 8,4 millones de euros a José María Enríquez Negreira. El último informe que ha remitido la Guardia Civil al juez Joaquín Aguirre eleva casi en un millón la cantidad que habría recibido el vicepresidente de los árbitros españoles entre 2001 y 2018 por supuestos tratos de favor. El documento al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE sostiene que entre el club azulgrana y las sociedades vinculadas al excolegiado y su entorno existía «un patrón claro de transferencias financieras», que fijan en 135. Estas transacciones apuntan a «una intención deliberada y fraudulenta de obtener beneficios no justificados» bajo el pretexto de una actividad mercantil.
El caso Negreira saltó a la luz en febrero del año pasado. La investigación comenzó tras un requerimiento de la Agencia Tributaria, que solicitaba conocer los pagos que recibió el exdirigente arbitral entre 2016 y 2018 en concepto de asesoría. Ese año fue el último en el que Negreira habría recibido emolumentos del Barça. La siguiente temporada entró en acción el sistema de videoarbitraje (VAR).
Los investigadores cifraron inicialmente la cantidad que habría recibido Negreira en 7,3 millones de euros. Posteriormente, la aumentaron a 7,6, después de que Hacienda localizara «ciertas diferencias». Esta es la segunda vez, por tanto, en la que cambian las cifras. El informe avanzado por La Razón sostiene que el exvicepresidente de los árbitros españoles recibió 8,4 millones «de manera objetiva».
El amigo de Negreira
El documento, de 162 páginas, cuestiona la imparcialidad de las evaluaciones del Comité Técnico de Árbitros (CTA) durante la etapa en la que se sucedieron los pagos. Los agentes que han elaborado el informe ponen de relieve que Negreira utilizaba como «intermediario financiero» a un amigo que era informador arbitral José Martínez Alfonso, su antiguo linier.
La Guardia Civil tilda su papel de «incongruente», ya que al mismo tiempo se encargaba de retirar cheques de las empresas bajo sospecha, Nilsad y Dasnil, que se nutrían de los ingresos del Barça, y ejercía funciones para el CTA «demostrando una subordinación respecto al entonces vicepresidente arbitral».
Esta «dualidad de roles pone en cuestión la transparencia de las propias actividades financieras y, además, compromete su propia imparcialidad de las evaluaciones arbitrales realizadas», insiste el informe. Los investigadores consideran a Martínez Alfonso el «nexo de unión» entre los «flujos económicos» procedentes del Barça y las «transacciones con origen en la estructura federativa».
El juez Aguirre solicitó el pasado agosto investigar las cuentas de Martínez Alfonso y de la secretaria de Negreira, Concepción Díaz. El primero, amigo personal del antiguo número dos de los árbitros españoles, habría cobrado cheques al portador de las cuentas de las empresas investigadas, según un informe anterior de la Guardia Civil.
Cheques de 3.000 euros
Negreira aseguró en febrero de 2022 a Hacienda que «normalmente» eran estas personas las que cobraban los cheques y que luego le daban el dinero en efectivo. «José Martínez no era mi empleado, era un amigo personal que me hacía el recado para no ir yo. El dinero me lo quedaba yo», insistió. El propio Martínez Alfonso argumentó a los agentes que no se quedaba con el importe, ni tampoco con los justificantes ni con una copia. Reconoció que cobraba cheques de 3.000 euros cada tres días entre 2016 y 2019, pero que solo actuaba como «mensajero»
Aguirre investiga la supuesta comisión de delitos de cohecho, corrupción en el deporte, administración desleal y falsedad documental a raíz de los pagos efectuados por el Barça a Negreira y a su hijo, Javier Enríquez. Ambos están imputados, al igual que el club azulgrana como persona jurídica; su actual presidente, Joan Laporta; y sus antecesores Josep Maria Bartomeu y Sandro Rosell, entre otros. El juez ya apreció «corrupción sistémica» en el estamento arbitral que pretendía favorecer al equipo azulgrana.