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García Ortiz niega en el Supremo haber filtrado correos del novio de Ayuso a medios y Moncloa

El fiscal general carga contra el juez y explica que ha realizado seis cambios de móvil desde que ostenta el cargo

García Ortiz niega en el Supremo haber filtrado correos del novio de Ayuso a medios y Moncloa

El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, este miércoles en el Supremo. | Mariscal (EFE)

El fiscal general, Álvaro García Ortiz, ha negado este miércoles en el Tribunal Supremo que filtrara los correos de Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. El jefe del Ministerio Público ha asegurado que no facilitó ni los emails ni el expediente tributario a periodistas ni al Gobierno. Las fuentes jurídicas consultadas por THE OBJETIVE indican que también ha negado haber dado instrucciones a sus subordinados y explicado que ha realizado seis cambios de móvil desde que ostenta el cargo. Durante el interrogatorio ha cargado contra el juez Ángel Hurtado, que parte de una certeza que «le impide descubrir la verdad».

La comparecencia de García Ortiz ha tenido lugar un día después de que la Sala de lo Contencioso-Administrativo avalara su nombramiento como fiscal general. Ha sido la primera vez que un fiscal general en ejercicio acude al Supremo a declarar como investigado. En este caso, por un delito de revelación de secretos. También están imputados la fiscal jefa provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, que declara este jueves, y el teniente fiscal de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General, Diego Villafañe, que lo hará el 5 de febrero.

García Ortiz ha comparecido durante una hora y media, aunque al inicio del interrogatorio ya avisó de que solo iba a responder a las preguntas de su defensa, que ejerce la Abogacía del Estado, y del Ministerio Público. La fiscal María Ángeles Sánchez Conde ha descartado realizar preguntas alegando «conexión de antijuricidad», ya que afirma que aún no se ha resuelto la posible nulidad del registro en su despacho el pasado 30 de octubre. Un allanamiento que el fiscal general considera insólito en Europa.

García Ortiz contra el juez

El investigado ha asegurado ante el Supremo que fue «una entrada invasiva de derechos fundamentales». También ha cargado contra el magistrado, al que acusa de estar «predeterminado», por lo que tendría clara su decisión final una vez finalizadas las pesquisas. De hecho, se ha negado a responder las preguntas de Hurtado, pero también las del abogado de González Amador porque en su querella omitió la filtración que había realizado el jefe de Gabinete de Ayuso. El fiscal general ha insistido en que nunca trató de perjudicar al querellante.

García Ortiz también ha desdicho a la fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra, asegurando que ella también tenía los correos, insinuando que pudo haberlos filtrado. El fiscal general ha relatado que un periodista le preguntó sobre el caso del novio de Ayuso el 7 de marzo, a la entrada de un Consejo Fiscal. Entonces llamó a su lugarteniente, Diego Villafañe, para que se interesara por el asunto. El teniente fiscal de la Secretaría Técnica le dio información más concreta de forma verbal un día después, pero nadie le dijo nada del correo en el que González Amador se autoinculpaba hasta el día 13, cuando Lastra llama al teléfono fijo de su vivienda.

El fiscal general trató de regatear su declaración, pero el magistrado rechazó su petición de posponerla para interrogar antes la pareja de Ayuso. Hurtado aseguró en un auto que para «formar una idea» de la postura de González Amador bastaba la querella que presentó por las filtraciones de sus datos privados en marzo. El juez que instruye la causa también rechazó intervenir el dispositivo de Miguel Ángel Rodríguez, jefe de Gabinete de la presidenta madrileña.

La citación coincidía con un pleno del Consejo Fiscal que ha sido suspendido, lamentan fuentes cercanas a García Ortiz. Estas defienden que el magistrado podía haber acordado tomarle declaración en su despacho en la sede de la Fiscalía General del Estado. El mismo que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil registró el pasado 30 de octubre para incautarse de sus dispositivos.

Seis cambios de móvil

El análisis del teléfono móvil de García Ortiz reveló que existían «cero mensajes» entre el 7 y el 14 de marzo, los días clave de la filtración. Una de las hipótesis es que se borraron, ya que la exploración de otros terminales incautados constata que existieron conversaciones con diferentes subordinados, entre ellos Rodríguez. La Fiscalía le excuso explicando que los datos se eliminan de forma periódica. Sin embargo, otros fiscales que han declarado como testigos en el Supremo negaron la existencia de dicho protocolo.

En un informe posterior, la UCO determinó que García Ortiz cambió de teléfono el pasado 23 de octubre. Esa fecha coincide con la semana en la que el Supremo imputó al fiscal general por una presunta revelación de secretos. Como avanzó este diario, el fiscal general también habría cambiado de número. El jefe del Ministerio Público ha explicado este miércoles en el Supremo que desde que ostenta el cargo, julio de 2022, ha cambiado seis veces de terminal con borrado incluido.

THE OBJECTIVE también reveló que el fiscal general llamó a un miembro de la cúpula de Telefónica para solicitarle el listado de llamadas entrantes y salientes antes de que lo obtuviera el juez, que lo había solicitado. Hurtado emitió sendas comisiones rogatorias para que Google y WhatsApp remitan datos de las cuentas de usuario de García Ortiz. Una petición que ha recurrido la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales (APIF), que ejerce la acusación popular.

APIF reclama al juez que amplíe la solicitud a las sedes en España porque el procedimiento «requiere de la colaboración del ministro de Justicia y del magistrado de enlace, ambos nombrados por el Gobierno y, por tanto, susceptibles de tener un interés directo en la causa». El juez decidió citar a García Ortiz al considerar que las conclusiones de los informes de la UCO «apuntalan» su presunta participación en la filtración denunciada al asegurar que tuvo «una participación preeminente». Incluso habría sido la persona que dirigió la operación «aprovechando la situación de superioridad que ostentaba sobre otros fiscales».

El origen de la causa se encuentra en la querella que interpuso el novio de Ayuso contra la filtración de datos reservados. González Amador envió el 2 de febrero del año pasado un email solicitando un pacto de conformidad al representante del Ministerio Público que le investigaba por delitos fiscales. El Mundo aseguró el 13 de marzo que el acuerdo partió de Fiscalía, que se apresuró a emitir una nota que desvelaba los detalles de la operación. En los mensajes incautados, García Ortiz manifiesta la necesidad de desmentir la información para «ganar el relato».

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