Europeos contra la nostalgia
“¿Qué tenéis contra la nostalgia?”, se preguntaba en un monólogo sobreactuado uno de los personajes de la película La gran belleza. Y aducía ante su audiencia con gesto contrito: “es lo único que nos queda a los que no tenemos esperanza en el futuro”. Hay un breve silencio en el que el personaje espera angustiado sin abrir la boca la reacción del público. Estallan los aplausos y vítores, y el personaje queda liberado del esfuerzo y la frustración tras ser al fin un dramaturgo de éxito, objetivo que lo había llevado hasta Roma siendo un estudiante. Cumplido su anhelo, vuelve al pueblo. Se ha deshecho de angustias existenciales y de algún amor no correspondido. Ahora es libre y se dispone a comenzar otra etapa. De madurez, sino fuera porque la madurez le ha pillado más cerca de los 60 que de los 30.