Un regalo de Navidad para los talibanes de parte de la portera de la Embajada de España en Kabul
Los talibanes son lo peor: sucios, violentos, gandules, piojosos y declaradamente incapaces de colaborar en el progreso de la Humanidad. Pero además son prepotentes en su inutilidad zarrapastrosa y han matado, según el jefe de ellos “como brillante regalo de Navidad”, a seis marines norteamericanos en Kabul. Envían por lo tanto un regalo sangriento a Occidente para celebrar el nacimiento de un niño judío en un portal de Belén. ¿Osadía o simple estulticia? En cualquier caso un regalo envenenado que debería ser cumplidamente retribuido, porque ningún país merece contar entre sus habitantes con semejante gentuza. Y Afganistán, que fuera un hermoso país con una bella cultura milenaria, tampoco lo merece.