El Harvey Weinstein ibérico: por qué en España no ha caído (aún) ningún mito cultural
Hace días que ando revisándome los amores por si se me caen del bolsillo: el efecto dominó de los mitos caídos me va dejando un reguero de tristeza y asco, y, a ratos, de autodesprecio y psicosis, ¡ah, cómo no se lo vi en la cara, cómo no se lo encontré en el gesto, estuvo ahí todo el tiempo…! Es absurdo: el acosador es cualquiera. La cultura del abuso no es patrimonio de Hollywood, ya nos gustaría acotar el problema: los malos están aquí, entre nosotros, seguramente haciéndose los simpáticos, haciendo como que este debate -que está abierto y sangra- no va con ellos. O incluso minándolo y repitiendo el mantra “denuncias falsas, denuncias falsas”; porque los chiquillos a veces no son muy listos y enseñan la patita. Como si uno pudiese curarse en salud del pasado. Y ya no les digo del presente.