«La resolución del Supremo hace pensar que quizá no sea necesario tanto un cambio de ley como una buena lectura de las leyes que ya tenemos»
Los medios han contado, aliviados, cómo las primeras informaciones sobre la muerte de Noa eran falsas: no murió en un protocolo de eutanasia. El alivio es comprensible
Las polémicas se suceden a tal ritmo que caen líderes, ídolos y referentes morales que todavía no sabía que existían. Así la actriz Asia Argento que, por si ustedes tampoco la conocen, parece ser una de las voces cantantes del #MeToo, que había denunciado públicamente que Harvey Weinstein abusó sexualmente de ella.
Lo de La Manada es un no parar. Aún retumban el eco de la sentencia y de los excesos en las críticas y ahora la Audiencia de Navarra decreta, con un voto particular, la prórroga de la prisión eludible bajo fianza de 6.000 euros para los cinco integrantes del grupo salvaje, que fueron condenados a 9 años por abuso sexual con prevalimiento a una joven en los Sanfermines de 2016.
Tres jueces han juzgado a los cinco miembros de “la manada”, acusados de una violación múltiple. Dos han resuelto condenarles por abuso sexual. El caso ha sido devorado por una verdadera manada de hienas, que han querido sacarlo de su ámbito natural, el de los juzgados, para convertirlo en un asunto puramente ideológico. No se trata de seis jóvenes en un portal durante los sanfermines, sino que ella representa a todas las mujeres y ellos a todos los hombres. La campaña tiene la altura intelectual habitual. Verbigracia, sus lemas “yo sí te creo” y “no es no”.
Antes de que se leyera la sentencia sobre el caso de La Manada, cinco meses después del juicio oral, ya había un clima de tensión y movilización.
Durante los casi dos años que han transcurrido desde la madrugada del 7 de julio de 2016 el periodismo no ha reprimido un solo desahogo con la sedicente Manada, a la que desde primera hora, y tras conducirla al rellano de la presunción de culpabilidad, sometió a un trato ciertamente degradante.
Amina Filali no ha podido contemplar el fin de una norma que truncó su corta vida. Tenía 15 años cuando un malnacido la violó.