
Desubicado
Acabemos donde acabemos ya se sabe que llevamos clavado todo el tiempo que hemos usado, los lugares que hemos vivido y los sabores que hemos gastado.

Acabemos donde acabemos ya se sabe que llevamos clavado todo el tiempo que hemos usado, los lugares que hemos vivido y los sabores que hemos gastado.





Las tragedias, por desgracia, practican la constancia, decía un amigo hace unos días cuando comunicó que se le había muerto un hermano. En verano. La muerte es permanentemente inminente, escribe Savater.






Pero lo grandioso de esta batalla épica es que los caballos salvajes salen siempre victoriosos, año tras año, y vuelven a sus laderas y a sus montes verdes, por los que llevan deambulando siglos, quizás incluso más que la Santa Compaña.







Es este joven rorcual que ha varado en una playa de Australia como los vencejos que caen al suelo, tan acostumbrados al aire que no son capaces de levantar el vuelo si no es desde lo alto del acantilado.


















Donde mucha gente sólo ve un animal poco agradable a la vista, otros vemos un ser vivo que es capaz de hacer feliz a una persona. Porque las mascotas tienen esa capacidad, pueden hacernos despertar con una sonrisa, nos hacen compañía, siempre están a nuestro lado.


