Por qué hoy el Titanic no se habría hundido
El acero tenía una alta temperatura de transición dúctil-frágil, lo que le hacía inadecuado para el servicio a bajas temperaturas
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Su principal factor de riesgo es la exposición solar, por lo que es esencial usar cremas con protección alta
El primero es el ojo dorado del telescopio espacial James Webb, que ha mostrado el universo con un detalle sin precedentes
Se trata de una espiral de luz que contiene polvo de estrellas a más de 520 años luz de la Tierra en la constelación de Auriga
La divulgación científica es ahora una gran aliada. Hay que invertir mucho más en cultura y en investigación científicas
Hemos compilado las mejores noticias del año, para recordarlo a modo de balance de grises, algo que también podríamos aplicar para la vida misma. Aquí 50 de nuestras buenas nuevas favoritas que harán de las conversaciones de tu comida de Navidad o tu cena de Nochebuena algo un poco menos fúnebre.
Este tipo de cáncer se divide en dos tipos. Uno que no es invasivo del músculo, con una tasa de supervivencia del 90%, y otro que sí lo es, en cuya última etapa la tasa es del 10%. Para el estudio, los investigadores de la Universidad de Hokkaido marcaron células cancerígenas con una enzima especial que emite luz. Inyectaron las células en ratones y la enfermedad comenzó a propagarse. A los 45 días ya estaba presente en el hígado, los pulmones y los huesos. Cuando inyectaron también el ácido flufenámico, comprobaron que la metástasis de las células cancerígenas quedó suprimida por completo y que los medicamentos de quimioterapia volvían a ser efectivos.
Los científicos usaron una técnica conocida como microestimulación intracortical, efectuada a través de dos minúsculas placas con 32 electrodos cada una en el córtex somatosensorial primario del cerebro. El proceso activa las neuronas de un área específica, previamente identificadas como las que controlan el tacto de una parte determinada del cuerpo. En el caso de Nathan, se detectaron las neuronas encargadas del tacto de los dedos de su mano derecha y se fueron probando distintas descargas eléctricas para averiguar cuáles se activaban. En paralelo se conectaban los electrodos a un brazo robótico y a un interfaz cerebro-ordenador. Cuando los investigadores tocaban los dedos robóticos, Nathan sentía que estaban tocando su dedo índice. «Algunas veces noto como una corriente y otras una presión», ha señalado.
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