El hombre, de 31 años y que sólo habla chino mandarín, «puso en marcha una maquinaria de la que en un primer momento no fue capaz de salir», según ha declarado Christoph Schlutermann, presidente de la Cruz Roja en la región de Münster, en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia. Gracias a una aplicación para traducir, fue posible reconstruir la odisea del mochilero, a quien le habían robado la cartera en la ciudad de Heidelberg, y que en realidad pretendía continuar su viaje hacia Francia e Italia. Parece ser que, en vez de caer en una comisaría, aterrizó en una oficina pública donde le entregaron los formularios para presentar una petición de asilo. Posteriormente, el turista chino fue trasladado a un centro de acogida provisional en la ciudad de Dortmund, donde tuvo que entregar su pasaporte y su visado. Las autoridades necesitaron doce días para reconstruir su historia y conseguir la documentación pertinente, ha precisado Schlutermann.