Constitución, buena voluntad, candidez
Cientos de munícipes catalanes, ahora unidos a numerosos valencianos -la estupidez es la más contagiosa de las enfermedades- se negaron una vez más el día 6, a conmemorar la Constitución. Se oyó decir a algunos de ellos que pensaban trabajar como en cualquier otro día laborable, pero no existen pruebas fehacientes de que así lo hayan hecho. El habitual circo del separatismo en torno a la ley de leyes española se repite, con algunos nuevos matices en medio de un ‘procés’ del que no sabemos demasiado bien en qué punto se halla -tampoco allí parece muy claro-, y ahora con el argumento de que los catalanes (y los valencianos… y los zamoranos, vaya) que en 1978 la respaldaron por mayoría abrumadora no tenían ningún derecho de imponerla a los ciudadanos de 2016.