El poder y sus peajes de acceso, nos confesamos, parecen obligar a sus candidatos a una frialdad y un calculo que deshumaniza hasta el punto de convertir casi todo en medida y estrategia
En 1790, Noah Webster escribió un ensayo sobre la educación necesaria para una joven república. Exigía que sus alumnos conocieran la historia de su país y la de los grandes hombres que habían entregado su vida por la libertad. Sabía que, en una democracia, el adoctrinamiento es imprescindible para inculcar los principios de la virtud republicana en el corazón de los ciudadanos.