«En pleno confinamiento de Madrid opto por refugiarme en la evasión de la lectura, recuperando la colección de Agatha Christie»
«Chulo, putero, ladrón, borracho, cocainómano, heroinómano, matón… Jarabo, criminal de leyenda, gustaba de condensar semejante acervo en una sola palabra: español»
En México lo primero que nos dicen a los visitantes es que de la calle no se deben coger taxis. Que mejor llamar a una línea, o coger un Uber. Pues la amenaza no es solo que le den a uno vueltas laberínticas en una de las megalópolis del mundo, sino que, en algunos casos extremos, la vida misma entre en peligro.
Quería escribir sobre las redes. Sobre la influencia constante, invisible, de gota china, que tienen en mi percepción de la vida. Sobre la impercepción, (déjenme inventar el vocablo) que es una mezcla entre impermeabilidad y percepción de de un hecho real.
El colaborador de elSubjetivo José Carlos Rodríguez reflexiona en torno a las reacciones de la opinión pública al crimen de Gabriel, el niño asesinado por Ana Julia Quezada, la que era pareja del padre del menor.
Que su hijo no ha muerto en vano. Que ha removido cada una de las entrañas de todos: periodistas, policías, vecinos, políticos… todos mordiéndose los labios intentando aguantar las lágrimas. Y vuelvo a pensar en ella. Y mi lavadora centrifugando sentimientos, mezcla los colores con la ropa blanca sin poder evitarlo. No para de darme vueltas y no puedo pararla. Y pienso en todas y todos esos voluntarios batiendo el campo durante días y horas agotadoras. Unidos. Y pienso en todas las que pedíamos que cesara la violencia de género. Y una, la peor versión de una mujer, tenía ya pensado un plan macabro. Y al lado, Patricia.
Ignacio Racionero, un seguidor ultra del Atlético de Madrid que estuvo detenido y pasó 11 días en prisión preventiva por la muerte del seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta en el año 1998, ha sido detenido como presunto autor de las tres puñaladas que recibió ayer un seguidor de su mismo equipo, el Atlético de Madrid, miembro también del grupo ultra Frente Atlético, tras la derrota de su equipo frente al Sevilla en las proximidades del Estadio Wanda Metropolitano.
El asesinato a modo de juego experimental o como acceso a la fama supera no pocas formas tradicionales del crimen, con la truculencia pavorosa que añade la desintegración social y moral que denotan los culpables. En otros casos, como en el asesinato de Diana Quer, todo puede ocurrir en cualquier otro lugar de cuyo nombre habrá que acordarse. Su asesino confeso, un sujeto como El Chicle, representa un vértigo de cambios sociales ajenos a la ley y que justificarían sobradamente el principio de tolerancia cero.
Digamos muy cínicamente que ya da lo mismo. Porque el uso de armas químicas va a quedar impune