«Las cosas se acaban, como ha sucedido con la revista Rockdelux, que ayer anunció su cierre después de treinta y cinco años»
«Desprejuiciado y deslenguado como era, no templaba gaitas a la hora de juzgar el cine español»
«La última película de Óliver Laxe está curando a mucha gente porque su director no se ha buscado a sí mismo»
Da miedo que la muerte de Bloom sea otro síntoma del ocaso de lo que él representó, pero la historia es la que es, no hay otra, y va de lo strong a lo light con una rapidez preocupante
Aloma Rodríguez reflexiona en #elSubjetivo sobre la escritora francesa Annie Ernaux, premio Formentor de este año
«Una celébriti es un busto parlante dispuesto a defender causas justas»
Las ilusiones perdidas y las que sobreviven al diluvio; el glamour de las buenas causas y las servidumbres del idealismo insincero; la ansiedad que produce tener talento y saber que se tiene, pero dudando de poseerlo en dosis suficiente para llegar a un lugar que no se sabe muy bien cuál es; la angustiosa sensación de pensar que cada trago es un cáliz y toda decisión que se toma un testamento; el arropamiento sedicioso del deseo; el doloroso encuentro con el límite.
Desde luego, no por los motivos que suelen dar los filósofos para ello. Tras que la última reforma educativa redujera las horas de Filosofía en los institutos, muchos han esgrimido el arma que se supone más filosófica de todas, la argumentación racional, para defenderla. El cuadro ha resultado un tanto lúgubre.
De pronto la verdad se abrió paso en el discurso del presidente: la verdad de las mentiras; o de las ficciones. Cuando todos les rezaban, según el santoral realmente vigente, a las 13 rosas, Pedro Sánchez se puso a rezarles a las actrices que las interpretaron en el cine. Él estaba, y no los otros, en el secreto de la santificación. Al fin y al cabo, estos solo las recordaban porque se hizo la película.