La Universidad de Carnegie Mellon y el Foro Económico Mundial han creado una aplicación en la que se pueden ver imágenes de la Tierra, deformadas para adaptarlas al plano de las pantallas, y expuestas de forma sucesiva con el paso de los años. Los autores tienen la desfachatez de llamar a la aplicación EarthTime, pese a que los tiempos de nuestro esférico suelo se miden en eones, y no en años; los que transcurren entre 1984 y 2016. Apenas una generación. Quien quiera acercarse al juguete, verá que es bastante decepcionante. Apenas se aprecian más que algunos cambios. ¿Qué cabe esperar de escoriar las últimas vetas del tiempo?
Yo a veces me asusto de la velocidad a la que fabrica China. Ese acelerado consumo de los recursos está desnudando a un suelo que, entre la belleza de unas casas, por encima del puente, se marcha. Y la tierra perdida jamás vuelve.