Aparece muerto un delfín de 70 kilos en la playa de Torrenueva Costa (Granada)
El Ayuntamiento alertó al Centro de Recuperación de Especies Amenazadas para hacerse cargo del animal
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«Aquellos que, siendo mujeres trans, modificaron su mención del sexo en el Registro Civil, ¿dejaron de ser violadores potenciales?»
Netflix estrena una producción sobre el caso del español José Luis Barbero, quien se convirtió en la mayor autoridad para entrenar delfines en los años 90
Una extensa red de vasos sanguíneos conocida como ‘rete mirabile’ (red maravillosa) ayuda a proteger el cerebro de las ballenas y delfines
1.428 delfines han sido asesinados en la isla de Eysturoy, en las Islas Feroe, en la que se considera «la mayor matanza de delfines»
En su interior contenía redes de pesca, cuerdas, correas de embalaje, bolsas y vasos de plástico
La caza de delfines está autorizada en Japón y, además, está considerada parte de la cultura popular del país
Cada año se producen un total de 300 millones de toneladas de plástico y se estima que ocho millones acaban directamente en los mares y océanos de nuestro planeta
El mamífero lleva un arnés en el que puede colocarse una cámara
Los delfines nariz de botella entienden cómo deben cooperar con entre ellos para realizar tareas y son capaces de sincronizar su conducta con una precisión única entre animales salvajes, según revela un estudio publicado en la revista científica Proceedings of the Royal Society B.
El Parque Marino de Inubosaki de Choshi, Japón, ha abandonado en un acuario desde enero de 2018 a un delfín mular hembra llamada ‘Honey’ y a decenas de pingüinos, reptiles y otros peces, según el Centro de Derechos de los Animales de Japón. Este parque marino, que no ha respondido a ninguna pregunta sobre la situación de este delfín y de su futuro, cerró las instalaciones en esa fecha y dejó abandonados a otros cuatro delfines –que ya han muerto–, incluida ‘Marine’, la cría de ‘Honey’. El Parque Marino de Inubosaki sacó a este cetáceo del mar para evitar que fuera cazado en Taiji como el resto de su familia.
¿Qué hace más felices a los delfines que viven en cautividad: interactuar con un ser humano conocido, que se les añadan juguetes a su piscina o que los dejen a su bola? Según un estudio elaborado por investigadores franceses y publicado en la revista Applied Animal Behaviour Science (Ciencia del comportamiento animal aplicada), la respuesta correcta es la primera.
La organización no gubernamental Mare Nostrum informó que 119 delfines han sido encontrados en las costas y exhortaron a la gente a “adoptar un delfín”. Una de las tres especies encontradas en el Mar Negro se encuentra en peligro de extinción, señala la agencia AP.
Los defines utilizarán su sonar natural para localizar a las esquivas marsopas, luego irán a la superficie y darán aviso a sus manejadores. «Su tarea específica es localizar» vaquitas, las cuales sólo viven en el Golfo de California, señaló Fallin. Avisarán cuando localicen una «saliendo a la superficie y regresando al bote desde el que fueron lanzados», de esta forma podrán atraparlas, encerrarlas y protegerlas para que no extingan. La vaquita marina, la especie más pequeña de las marsopas y la que en mayor riesgo de extinción se encuentra, – su población ha ido disminuyendo en un 40% por año – ha sido diezmada por la pesca ilegal de otros peces protegidos, como la totoaba, cuya vejiga natatoria es considerada un manjar en China y un kilogramo puede costar unos 100.000 dólares. Si los delfines consiguen localizar a estos mamíferos, cabe la esperanza de atrapar, encerrar y proteger a los últimos miembros de la especie.
Aunque todavía no pueden explicar qué se dicen, esta demostración confirma que los delfines tienen un lenguaje propio y que esto podría ayudar a desarrollar una manera de comunicarse con ellos, según informa el principal autor del estudio, el Dr Vyacheslav Ryabov; quien ha agregado que cada impulso producido por uno de estos delfines nariz de botella «es diferente de otro» en su lapso de tiempo y en las frecuencias que emite. «En este sentido, podemos suponer que cada pulso representa un fonema o una palabra de la lengua hablada por estos mamíferos», detalla Ryabov.
El estudio se ha llevado a cabo con dos delfines adultos en cautiverio, un macho llamado Yasha, y una hembra con nombre Yana. La pareja lleva viviendo durante 20 años en una piscina de 27 metros cuadrados por 9,5 metros de profundidad.
«En varios de ellos hay marcas en la piel que se pueden relacionar con redes de pesca», informa el biólogo de la Fundación Mundo Marino, Sergio Morón. De esta forma, ahora las investigaciones se centran en determinar si las muertes se deben a los efectos de la pesca artesanal, o por otra circunstancia. Los científicos estiman que con el nivel de mortandad actual, superior al medio millar por año, esta especie de delfines, muy vulnerable, podría desaparecer en aproximadamente tres décadas.
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