El enigmático borrado de la web de Begoña Gómez: un nuevo dominio y las huellas digitales
Transformatsc.org se renovó el pasado 26 de septiembre, un día después de ejecutar la última copia de seguridad
Transformatsc.org se renovó el pasado 26 de septiembre, un día después de ejecutar la última copia de seguridad
El dominio ‘sumar.info’ se registró tras las primeras informaciones y lleva directamente a la web oficial del PSOE. Los demás dominios .es y .com están ocupados
Las obras del autor sevillano, igual que el de otros 180 escritores, pueden ser editadas, reproducidas y difundidas públicamente desde este año
Que en esta primera semana del año era dura la competencia por el tema que nos mantendría ocupados durante siete días es innegable. Ahí estaba la Toma de Granada –tan tradicional su celebración como, creo que desde este 2017 recién estrenado, su cuestión y su polémica- y el vestido de Cristina Pedroche, quien encendía todo tipo de materias posibles: tangibles e intangibles, cuerpos y palabras. A ver quién, tomando la toma de la tangente, se colaba entre esas dos discusiones, carne de remix tuitero en el ruedo hispánico, con r de redes sociales. Del tema al toma, y del toma al tomo. De lomo, se entiende.
Con la entrada de 2017, en virtud de la Ley de Propiedad Intelectual, los derechos de obras maestras como Niebla de Unamuno, Romancero Gitano de Lorca o Luces de Bohemia de Valle Inclán han pasado a ser de todos. En España, la ley establece que una obra pasa a dominio público 70 años después de la muerte de su autor, pero si el creador falleció antes de 1987, los derechos caducan a los 80 años y un día. En el trágico año 1936, con la llegada de la violenta Guerra Civil que sacudió España, grandes intelectuales de la cultura vieron llegar la muerte, motivo por el que este 2017 el número de autores que han pasado a engrosar las bibliotecas en dominio público ha aumentado considerablemente. Según ha informado la BNE, la institución ha estado trabajando en la selección y digitalización de la obra de los autores que fallecieron durante este año para lo que ha contado con el asesoramiento del catedrático de la Universidad de Zaragoza José Carlos Mainer. Para el catedrático, «el recuerdo de la guerra civil debe hacer presente lo que la contienda tuvo de catástrofe cultural, al margen de identificaciones retrospectivas con sus actores (…) En el crispado clima internacional de los años treinta, la guerra civil española fue, entre otras cosas, una sangrienta confrontación de simbologías culturales antagónicas que preconizaba su mutua destrucción». 80 años después, la valiosa herencia cultural que dejaron los fallecidos de uno y otro bando, revivirá gracias a libros que son y serán para siempre de todo aquel que desee sumergirse en sus páginas.
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