Tal es el remolino de escándalos que azota a Washington (el ex-director del FBI, James Comey, y su nuevo libro revelador; Michael Cohen, abogado del imperio Trump, a escasos pasos de la cárcel; el reciente ataque a Siria; los gastos personales de Scott Pruitt, director de la Enviromental Protection Agency; las compras de silencio desde el partido republicano a ‘playmates’ y amantes de políticos del mismo; la robótica defensa de Zuckerberg, dueño de Facebook, ante la revelación del mayor escándalo de privacidad de la historia; la impetuosa investigación de Mueller ante la influencia rusa en las pasadas elecciones; etc, etc, etc) que lo que sucede un lunes ya el viernes se ha olvidado. Más aún si se trata de la emisión de una nueva estadística, afónica ante tanto ruido. Pero resulta que el pasado lunes ocurrió la noticia más importante ya no de la semana, sino de lo que va de año. Y es, por supuesto, un numerito, publicado con cierta timidez por la Oficina de Presupuestos del Congreso: 1,000,000,000$. Un trillion* de dólares.