O quizás nuestro ‘locus amoenus’ esté aquí, en las mañanas remolonas del verano, entre las mantas de esta cama, donde besamos la espalda de quien la comparte con nosotros.
Son infinitas las formas de dormirse en verano, época propicia al sueño y también a soñar que otra vida es posible para cada uno de nosotros. Dormimos y soñamos con contruir otro decorado para nuestros días.