Pájaros infanticidas
Las aves de la famosa película de Hitchcock atacan especialmente a niños y mujeres, es decir, al futuro
Las aves de la famosa película de Hitchcock atacan especialmente a niños y mujeres, es decir, al futuro
El dramaturgo británico ofrece en los Teatros del Canal una versión actual y desgarradora de la tragedia clásica
El inédito ‘Vampiros y alienígenas’ y la reedición de varias novelas reivindican al escritor a los 10 años de su muerte
La enseñanza de este mito atávico representa el autoconocimiento de nuestras dos caras, los buenos y los malos actos que definen y redondean la complejidad humana
«Si la tragedia nos eleva por encima de la vida diaria despojándonos de lo que es pequeño y mezquino en nuestra naturaleza, la comedia lo hace al desvestirnos de lo grandioso y altisonante»
En nuestro mundo, Edipo se enfrenta a Telémaco. Esta es la tesis central del psicoanalista italiano Massimo Recalcati, cuyos libros me descubrió hace un tiempo Antonio G. Maldonado. Edipo refleja el odio parricida del hijo hacia su progenitor, de una modernidad enloquecida –diríamos– ante el peso del pasado. «Sus crímenes –explica Recalcati– son los peores de la humanidad: matar al padre y poseer sexualmente a la madre. La sombra de la culpa caerá sobre él y lo empujará al acto extremo de sacarse los ojos». Telémaco, en cambio, es el hijo esperanzado de Ulises; el joven cuya mirada se dirige hacia el horizonte de la definitiva restitución, cuando el padre regrese del mar y de la guerra, y el duelo haya terminado para siempre. En otra orilla del Mediterráneo, un eco lejano de esa justicia resuena en la parábola evangélica del hijo pródigo. Un muchacho –tal vez el propio Edipo– decide marcharse de casa y dilapida su herencia hasta terminar mendigando. Día tras día, desde lo alto de una atalaya, el padre intenta columbrar el retorno de su hijo –la esperanza que alimenta el sentido. En el Evangelio –como en la Odisea– se producirá el reencuentro que sane la herida, pero la modernidad no admite con facilidad esa misma paleta de colores. Como padres y como hijos, la opacidad del destino forma parte del misterio que define nuestras vidas. Nadie es dueño del tiempo ni de sus consecuencias.
El Nobel de Literatura visitó ayer Barcelona para presentar su novela más feminista, ‘La mujer del pelo rojo’ (Random House, 2018).
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