Terry Gilliam: "Como no pude hacer la película que quiso hacer Welles, me inventé ésta"
“Me sentí Miguel Ángel ante el bloque de mármol cuando estaba esculpiendo el Moisés. Sólo tenía que quitar lo que sobraba”. Así cuenta Terry Gilliam a The Objective qué sintió cuando terminó de ver el primer montaje de un proyecto que llevaba veinte años entrando y saliendo de un cajón: El hombre que mató a Don Quijote. “Al principio odié el resultado. Ensamblar todas las piezas es difícil a veces, requiere tiempo, te sobra una hora de película y hay que ponerse a cortar… Pero ahora estoy contento y muy feliz”. Y no es para menos. Ya que la obra más madura de Gilliam, después de su paso por Cannes y la larga espera de sus seguidores y acólitos –sin nada que llevarse a la boca desde Theorema Zero en 2013– ha visto al fin de la luz.