Los incendios han devorado ya en torno a 240.000 hectáreas en siete regiones del país, provocando una tragedia sin precedentes, según un último informe entregado por la presidenta Michelle Bachelet. Los fallecidos desde que comenzaron estos incendios hace poco más de una semana son un bombero voluntario – en Chile, todos los bomberos son voluntarios, excepto los forestales – dos policías, tres brigadistas y un agricultor.
Durante la madrugada del jueves, el fuego alcanzó a la localidad rural de Santa Olga, y otros pequeños núcleos de población de la región del Maule, situada 280 kilómetros al sur de Santiago, las primeras zonas que han quedado totalmente calcinadas por las llamas. Debido a la cercanía del fuego, unas 4.000 personas han sido evacuadas por bomberos y policías, mientras los incendios siguen avanzando sin control, amenazando decenas de poblaciones rurales en al menos tres regiones del país. «Lamentablemente, el fuego ha llegado hasta lugares como la población Santa Olga. Afortunadamente, se ha podido evacuar a todas las personas y no tenemos pérdidas que lamentar, salvo las pérdidas materiales», informó la presidenta Michelle Bachelet, en rueda de prensa.
El número de incendios activos se ha duplicado en las últimas 24 horas, contabilizándose un total de 64, mientras que otros 30 fueron controlados y cinco extinguidos, según el último informe de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi). Hasta el momento, todos los incendios afectan a poblaciones rurales donde viven en su mayoría agricultores y criadores de ganado. Las grandes empresas forestales también se han visto afectadas, principalmente en la región del Maule, donde el fuego ha consumido hasta el momento más de 160.000 hectáreas, muchas de ellas de pinos y eucaliptos. También han avanzado hasta la región del Biobío, 550 kilómetros al sur de Santiago, donde la presidenta Bachelet decretó el estado de excepción, al igual que en las regiones de de O’Higgins y del Maule.
Más de 4.000 personas, entre bomberos, brigadistas, carabineros, funcionarios públicos, militares y civiles, trabajan en las operaciones para sofocar el fuego. A estos se ha sumado la ayuda internacional, con especialistas franceses y brigadistas colombianos que han llegado a Chile este jueves. «Le agradecemos a Colombia por esta solidaridad. Nos hemos comunicado con otros países: Uruguay, Argentina, Perú, Estados Unidos, Suecia, y Canadá también nos han ofrecido colaborar», dijo por su parte el canciller chileno, Heraldo Muñoz.